Los autores de 'Población, administración y territorio en Asturias', el informe publicado por el Consejo Económico y Social (CES) no sólo no apuestan por la nieve como un atractivo turístico, sino que consideran que la estación de Fuentes de Invierno, el principal proyecto del Gobierno regional para la comarca de Aller, que abrió sus puertas la pasada primavera, al final de la temporada de nieve, es «cuanto menos» una obra «arriesgada».
Así lo señalan los autores del estudio que explican su desconfianza hacia las estaciones de esquí en que «no fijan población en su entorno, permanecen poco tiempo abiertas y apenas inducen beneficios económicos». A estos argumentos, fruto «de la experiencia de las estaciones existentes», une el equipo que coordinó Aladino Fernández el hecho de que «la reducción nival y el aumento de temperaturas que conlleva el cambio climático incrementarán su dependencia de los cañones de nieve artificial, lo que reducirá aún más la temporada de esquí».
Las tesis van en contra de todo lo defendido por los hosteleros y hoteleros de las comarcas cercanas a las pistas de esquí asturianas o colindantes (la ya citada de Fuentes de Invierno, Pajares, así como la leonesa de San Isidro), que tienen en el turismo de nieve el principal elemento desestacionalizador, puesto que tienen cubiertas sus plazas en meses fuera de la temporada habitual (noviembre, diciembre, enero y marzo), en un lleno que se extiende a los establecimientos ovetenses en los picos de demanda.
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