Montafon es un gran valle austriaco situado muy cerca de la frontera suiza, al noroeste del macizo del Silvretta y a los pies del Monte Piz Buin (3.312 m.). Son once los pueblos que conforman este valle de menos de 19.000 almas y que comparten cinco dominios esquiables. El 'forfait' abarca las cinco estaciones además de los eficaces y puntuales 'Ski Buses' y del tren de Montafon.
Es un destino perfecto para una estancia semanal y conocer cada una de las estaciones, con sus pistas no demasiado exigentes e ideales para las vacaciones familiares en un entorno típicamente alpino y en el que predominan los chalets, sean de piedra o madera. Las cinco estaciones (Golm, Hochjoch, Silvretta Nova, Silvretta Bielerhöhe y Gargellen) tienen unas instalaciones modélicas, una afluencia tranquila y cada una ofrece un tipo de esquí. Existe también la pequeña Grabs, de sólo cuatro kms. esquiables.
En Golm destacan la calidad y longitud de sus pistas, en Hochjoch se encuentran pistas entre bosques, abiertas y asequibles y donde puede atravesarse el túnel esquiable más largo del mundo, Silvretta Nova es la que más grande, la más difícil técnicamente y la que dispone de mayores opciones de fuera pista con 37 kms. de rutas marcadas. Su vecina Silvretta Bielerhöhe es el marco adecuado para el esquí de montaña y cuenta con muy buenos recorridos de fondo. Y el punto de mayor altitud es Gargellen (el pueblo está a 1.423 m.) y la cota más alta de la estación es de 2.400 m.
En Gargellen las condiciones de nieve son envidiables a lo largo de casi toda la temporada y sus 36 kms. de pistas dan bastante de sí. En las cinco las aglomeraciones apenas existen; sólo en los teleféricos de acceso a pistas algunos fines de semana a primera hora. Las estaciones no están conectadas entre sí y no parece que las cosas vayan a cambiar. Los responsables opinan, con buen criterio, que más vale cinco estaciones cada una con sus particularidades que un gran y monstruoso complejo en el que cada una perdería su personalidad y los aforos se dispararían. En Gargellen hace tiempo que se baraja la posibilidad de enlazar con las cercanas Klosters y Davos, en Suiza. Pero ni una ni otra parte parecen muy convencidas de la conveniencia de llevarlo a cabo a corto o medio plazo.
Todo tipo de esquiadores
Gargellen puede acoger esquiadores de diversas aptitudes. Para los principantes todo el valle es ideal porque todas sus estaciones pueden hacerse por pistas azules. Para el nivel intermedio, lo que más atrae es la variedad técnica de las pistas y su generoso kilometraje, que da pie a bastantes alternativas. Y para los expertos queda reservado el fuera pista, una gozada por las buenas condiciones de la nieve.
Los snowboarders tiene también su espacio y ahí destacan el half pipe de Golm (100 m.), el natural de la zona de Schafberg (500 m.), en Gargellen, y un free X run de boardercross de 400 m. en Silvretta Nova.
Un valle de montaña
Los que no esquían también tienen sus alicientes porque Montafon no es sólo un valle de esquí; es un valle de montaña y en él caben todas las modalidades tanto en invierno como en verano. Los fondistas tienen ante sí 100 kms. de pistas. Hay más de 150 kms. marcados para practicar senderismo sobre nieve, ocho pistas de trineo dispersadas por el valle y tres museos que explican la vida en este tranquilo lugar. Todas las estaciones son accesibles para los viandantes mediante las telecabinas. En los pueblos abundan las instalaciones deportivas y de ocio de todo tipo. Desde pistas de tenis, piscinas 'indoor', pistas de patinaje, saunas y masajes, bicicleta de montaña o golf, Montafon incluye todo lo que el turista pueda desear.
El comercio en sus núcleos urbanos es activo y hay pueblos con encanto especial, como Gaschum o Partenen, sin olvidar la cercana e histórica ciudad de Bludenz. El servicio de transportes es impecable y permite moverse por todo el valle.
Desde hoteles de lujo hasta habitaciones en casas particulares, el abanico de alojamiento en el valle es muy grande. En la mayoría de hoteles existe una zona de 'spa' que permite relajarse tras una jornada de esquí. Hay pensiones y casas particulares donde la estancia resulta muy agradable y familar, con comida casera y el ambiente que no hay en los hoteles. Además, su ubicación suele ser de lo más atractiva.
Gargellen, en la cima de Montafon
La estación austriaca es un remanso de paz famoso por sus largos descensos.