Un esquiador ciego se hace instructor de esquí
Alderton perdió la vista al intentar defender a una mujer del ataque de unos gamberros. Unas 30 personas le golpearon y lo tiraron al suelo, dejándolo con una visión de apenas el 4%. Tras nueve operaciones en siete meses para reparar sus retinas, las órbitas sacadas y una córnea partida, tuvo que resignarse a ver como perdía su vista definitivamente.
Kevin puede ver “formas y sombras” según relató el mismo, mientras se queda cerca del grupo y puede ver lo que hacen. Durante la sesión de entrenamiento en la pista seces (snowflex) de Chatham, comentó que “vi una oportunidad en junio para recibir un curso, y decidí que tenía la capacidad y determinación técnica de conseguir llevarlo a cabo”.
El había sido un gran esquiador aficionado y gracias a sus ganas y a la ayuda del St Dunstan's, institución británica que ayuda a personas con ceguera, logró dar un vuelco a su vida sin tener que dejar de p`racticar su deporte favorito. Ahora ve culminado su proyecto, ayudando a niños a iniciarse en este deporte de montaña, en pistas secas de Snowflex en Inglaterra. Un tipo de pistas muy extendidas en el país británico.
Nuevo record de velocidad
Hace unos meses, Kevin “Cannonball” Alderton logró un nuevo record de velocidad para deficientes visuales en la pista de kilómetro lanzado de Les Arcs, Francia, siendo dirigido gracias a unos altavoces que tenía en el casco.
Ahora, según comentó a la BBC, planea volever a batir el record de velocidad este invierno, fijñandose una meta de 120 millas por hora (unos 191 km/h).
¿Alguien se imagina lanzándose a 200 por hora con los ojos cerrados por una pistas, con la única ayuda de unos altavoces en el casco?