A las dos de la tarde del sábado, el cielo azul con veintinueve grados de temperatura se fue cubriendo de nubes negras sobre la cordillera de Brañavieja. Después de intensos relámpagos y fuertes truenos, el granizo cayó sobre Brañavieja durante una hora y el paisaje se tornó blanco. Este granizo ayudado por otra tormenta se fue deslizando por las pistas arrastrando piedras y todo lo que encontró a su paso.
Cuarenta y ocho horas después, el rastro de destrucción es evidente ya que las calles de las pistas han quedado destrozadas y llenas de cantos rodados como si fuera el cauce de un río. El granizo que se ha acumulado junto a las márgenes del Híjar tiene una superficie de 240 metros cúbicos y ha quedado cubierto por una espesa capa de barro.
Para el responsable de Cantur en la estación invernal, Ricardo García, esta tormenta «desproporcionada» dejó entre 10 y 15 centímetros de granizo sobre las pistas y provocó graves daños. Tanto los responsables de Cantur, la Consejería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno regional y la compañía aseguradora han sido informados del suceso y están a la espera de valorar los daños para comenzar cuanto antes con la reparación de las pistas.
Fuente: