La lluvia y las suaves temperaturas reducen prácticamente a San Isidro las posibilidades de esquiar durante esta Semana Santa en León y Asturias, ya que Leitariegos permanece cerrada desde el miércoles por falta de nieve y Pajares sólo ofrece ya un kilómetro de pistas ante la falta de manto blanco por la merma sufrida por el agua y el calor.
A pesar del anuncio de precipitaciones de nieve desde hoy y hasta el martes, será en cotas muy altas y sin suficiente intensidad y calidad, por la época del año en que se producen, para garantizar que la situación mejore en las estaciones que ya viven una situación crítica, como Pajares y Leitariegos.
Mientras, San Isidro, que ha perdido en las últimas horas otros dos kilómetros de superficie esquiable, resiste las adversas condiciones meterológicas y dispone de 12 kilómetros de pistas en servicio, con un total de 10 pistas y seis remontes en funcionamiento en los sectores de Cebolledo, Riopinos y Requejines.
Desde el pasado fin de semana, además, sus espesores han disminuido entre 20 y 30 centímetros en sus niveles mínimos y máximos, respectivamente.
De los 20 kilómetros que todavía ofrecían hace una semana las estaciones de esquí de León y el Principado -a excepción de El Morredero que ya cerró la temporada- , ahora únicamente están disponibles 13 con calidad de nieve primavera.
Pajares sólamente tiene abierto un kilómetro, lo que supone tres pistas -Baby, El Ventisquero y Hoya Cueto Negro- y dos telesillas, con espesores que han mermado 20 centímetros en su zonas máximas desde el pasado fin de semana, mientras que los mínimos siguen en 20 centímetros.
San Isidro roza ya los 320.000 usuarios a falta de algo más de dos semanas para el cierre de la campaña. Esta cifra supera ya prácticamente en 50.000 los esquiadores que han pasado por la estación con respecto a la temporada pasada, que se cerró con 270.000.
Por lo que se refiere a la vecina estación de Pajares, contabiliza alrededor de 105.000 usuarios en lo que va de campaña, un 13% más que la anterior (91.672 esquiadores).
En el resto de la cornisa cantábrica, sólo permanece abierta Alto Campoo en Cantabria, con una superficie esquiable de nueve kilómetros, diez pistas y media docena de remontes.
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