Nada menos. El sueño de aquellos riojanos estaba a punto de hacerse realidad; La Rioja contaría con sus propias pistas para un deporte entonces apenas extendido, aún reciente el eco de la hazaña de Paquito Fernández Ochoa en Sapporo. Sólo unos privilegiados gozaban del placer de deslizarse rampa abajo por las laderas de los Alpes o los Pirineos, pero en abril de 1976 esa posibilidad pasó a estar al alcance de los riojanos.
La obra, fruto del empeño de la Diputación Provincial tras dura rivalidad con Hoyos de Iregua, se hizo realidad un 7 de abril. Hasta el corazón de la Demanda acudió una amplia representación de autoridades de la época, encabezada por José Ramón Herrero Fontana, presidente del Consejo de la Administración de la empresa gestora de las instalaciones; le acompañaban los alcaldes del entorno de la estación, empezando por el de Ezcaray, Casimiro Sáenz, que asistieron a una demostración de los miembros de la Escuela Española de Esquí y recorrieron las pistas que entraron en funcionamiento en aquella primera hora: Rehoyos, Ormazábal y La Cascada.
Un almuerzo en Ezcaray clausuró la jornada inaugural, aunque por la estación ya se habían lanzado meses antes a probar la nieve los chicos de la Federación, cuyos directivos se revelados como adivinos de extraordinaria puntería: «Toda la zona norte de España podrá beneficiarse. Es una magnífica promoción turística».
Actos de celebración del 30º Aniversario
Fuente: