El fin de semana se presentaba en las comarcas de montaña de Girona con las mejores condiciones posibles. Atrás había quedado el pasado, con intensas nevadas y lluvia, que dejó en casa a muchos de los habituales del esquí o a los amantes de pasar unos día de descanso en la montaña, mientras que las previsiones meteorológicas para el presente eran idóneas y la nevada garantizaba unas pistas de esquí en todas las estaciones en inmejorables condiciones. Por eso, desde la tarde del viernes fue incesante el peregrinaje de personas desde el área metropolitana de Barcelona, desde Girona y otros puntos de Catalunya hacia estos destinos.
Desde primera hora de la mañana de ayer, miles de esquiadores tomaron el camino a la pistas. Los que se encontraban más cerca no tuvieron demasiados problemas para llegar a sus destinos, pero no ocurrió lo mismo a quienes viajaron desde más lejos. Los menos madrugadores llegaron a tardar más de tres horas y media en recorrer la distancia de la carretera C-16 que separa Manresa de las pistas de Masella. Fue precisamente esta estación la que registró una mayor afluencia de esquiadores. Al finalizar la jornada, por Masella habían pasado 9.780 esquiadores, una cifra similar a la que esperan recibir hoy los responsabes de la estación y que representa casi un 20% más del promedio de aficionados en una jornada de fin de semana. Este elevado número de esquiadores provocó que en algunos momentos, especialmente durante las primeras horas, los remontadores de Masella no pudieran absorber a todos los que esperaban y se formaran colas.
Por las pistas de la vecina estación de La Molina habían pasado ayer tarde antes del cierre de las instalaciones más de 6.000 esquiadores, que se encontraron las pistas en escelentes condiciones y más nieve que nunca. Sin llegar a ser el récord de visitantes de la estación, esta cifra está igualmente por encima del promedio de los fines de semana de La Molina. También aquí se llegaron a formar algunas colas en los remontadores, aunque no excesivas, según los responsables del complejo deportivo.
Pero a La Molina no acudieron ayer únicamente esquiadores. La etapa de la Pirena, la tradicional carrera de trineos arrastrados por perros que cada año recorre el Pirineo, congregó en La Molina a varios miles de personas. Por la mañana, entre las once y la una, para presenciar el desarrollo de la etapa que se celebró en un circuito cerrado en la zona de Pla d´Anella, y por la tarde para asistir a la gran fiesta de clausura de la prueba con demostraciones de perros y entrega de premios incluida. Hoy los responsables de La Molina esperan vivir otra jornada multitudinaria, mientras se preparan ya para la celebración, los próximos días 9 y 10, de las pruebas del Campeonato de Europa masculino de esquí alpino.
La jornada de esquí en Vallter 2.000
La cuarta de las estaciones gerundenses, Vall de Núria, registró también el lleno. Durante todo el día, más de 2.800 personas, de las que cerca de 1.000 eran esquiadores, utilizaron el tren cremallera para llegar al centro invernal desde Ribes de Freser. Tanto el hotel como los apartamentos y el albergue que funcionan en Vall de Núria se encontraban ayer y hoy al 100% de su capacidad.
En el Pirineo de Lleida también se cumplieron las mejores previsiones en la práctica totalidad de las estaciones y hubo complejos, como Port del Comte (Solsonès), que hacía años que no veían a tantos esquiadores en las pistas. Por esta estación pasaron 5.300 aficionados, cuando la cifra normal en una muy buena jornada no pasa de 3.000, tal y como explica Alfons Ferrer, director de Port del Comte. La avalancha de esquiadores provocó colapsos en los últimos diez kilómetros del acceso a la estación, "pero al final los clientes se han ido contentos, a pesar de esos problemas puntuales para llegar, ya que han disfrutado de unas condiciones inmejorables para la práctica del esquí". Ferrer asegura que no recuerda tal afluencia de visitantes en los seis años que lleva en la estación.
En Port Ainé y Boí-Taüll se batieron también récords, con 4.000 y 3.700 esquiadores, respectivamente. "Ha sido el mejor día de la temporada, incluso mucho mejor que cualquiera de las jornadas de las pasadas fiestas navideñas", afirma Josep Messegué, director del complejo del Pallars Sobirà.
En idénticos términos se manifestaba Carles Hidalgo, responsable de calidad de la estación de la Vall de Boí, que también tuvo la mejor entrada de toda la temporada. En este último complejo se llenaron muy rápidamente todos los aparcamientos y los esquiadores menos madrugadores tuvieron que aparcar en el margen de la carretera. Hidalgo asegura, no obstante, que en ningún momento llegaron a colapsarse los accesos, aunque algunos esquiadores tuvieron que andar unos cuantos metros con los esquís al hombro para llegar hasta la estación.
Baqueira-Beret recibió, por su parte, a 10.000 esquiadores, una cifra que ya había alcanzado otro sábado del pasado mes de enero. La estación aranesa, a pesar de esta buena entrada, no batió, sin embargo, ningún record, ya que las pasadas Navidades tuvo jornadas con cerca de 12.000 esquiadores. Aquí los aparcamientos de la cota 1.500 y del Orri se llenaron también muy temprano y los esquiadores eran desviados, a media mañana, hacia la zona de Beret y Bonaigua.
En Espot Esquí, la jornada de ayer, con 1.600 clientes, fue también la mejor de todo lo que llevan de temporada.
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