Esquí 'non stop'

Macroestaciones, grandes condominios o simplemente pequeños centros invernales con encanto. A imagen y semejanza de los Alpes franceses, las estaciones pirenaicas están apostando por los grandes espacios para la práctica de los deportes de nieve. Ya sea a pie de pistas o a costa de levantarse dos horas antes para ser el primero en calzarse los esquís, el turismo de invierno prefiere las estaciones que suman gran cantidad de kilómetros lineales.

Las posibilidades que ofrecen estas macroestaciones superan con creces los tradicionales viajes a la nieve. No obstante, sólo unos pocos amortizarán realmente el precio del forfait.

Las cinco estaciones de Andorra, pionera de grandes espacios, se han convertido en tan sólo dos. Con casi 200 kilómetros esquiables y unida por pistas, GrandValira ocupa actualmente la extensión más grande del Pirineo. Su vecina Vallnord cuenta ahora con dos dominios fusionados con un solo forfait.

La realidad de las pistas catalanas es otra. Su privilegiada situación asegura la nieve toda la temporada. Y aunque los 639 kilómetros esquiables, repartidos por toda la cadena pirenaica, complican las cosas a la hora de unir pistas, la apuesta radica en potenciar los grandes dominios.

Con una climatología inmejorable y un posible crecimiento hacia la comarca del Pallars, sólo Baqueira Beret da acceso a 104 kilómetros de pistas. Mientras las estaciones de Girona han puesto en marcha este invierno el nuevo talonario Ski Girona, para tener acceso a todas ellas, o la opción de comprar el forfait de Alp 2500, para esquiar conjuntamente en La Molina y Masella, otra de las apuestas que contempla el Pla de Neu de Catalunya es la unión de Boí Taüll Resort y la Vall Fosca, que ampliaría también la estación con más de cien kilómetros esquiables.

Dada la cantidad de nieve que poseen las pistas este invierno, el turismo de esquí se encuentra muy repartido, pero es cierto que las macroestaciones siguen en cabeza de la lista a la hora de elegir destino, ya sea por no repetir pista o por la cantidad de servicios y actividades paralelas que éstas ofertan.

No siempre, sin embargo, el tiempo y el dinero invertidos son directamente proporcionales. La emoción de recorrer toda la estación en un solo día puede saldarse con algún contratiempo. En primer lugar, hay que contar las horas que se invierten en la ida para tener tiempo suficiente a la hora de volver, y no encontrase con los remontes cerrados. Sin olvidar el cansancio acumulado de toda la jornada, algo que en ocasiones se pasa por alto.

Finalmente, y ante una apuesta de tranquilidad, no hay que obviar las pequeñas estaciones, con un turismo personalizado y familiar.

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