Unas 3.000 personas pasaron ayer por los remontes desde las 09.00 a las 17.30 (hora de cierre) y ocuparon el 70% de las 500 plazas hoteleras de la estación de montaña. Aún así, algunos de los visitantes eligen hospedarse en Trives, la localidad más próxima.
Los turistas son mayoritariamente gallegos -de Vigo, Pontevedra y A Coruña-, ya que los vecinos portugueses, visitantes incondicionales de Manzaneda, llegarán a partir del día 9 y después en Navidad.
Las perspectivas de nieve en la cima, de unos 1.800 metros de altitud, son buenas para este fin de semana y de ella depende que la ocupación roce el 90%, según explica Gustavo Macía, responsable de este complejo de montaña. Las últimas nieves cayeron durante la madrugada y la mañana de ayer, antes fue necesario usar los cañones de nieve artificial, para abrir dos telesillas -Manzaneda y Fontefría- y tres telesquís -Pluviómetro, Fontefría y Seixo-.
En su caso, como muchos de los que se acercaron ayer a Manzaneda, se hn ido a los largo del día. Al mediodía comen un `bocata´ y siguen con su jornada de nieve, que les cuesta unos 48 euros por persona y día. El alquiler de esquís, botas y palos varía entre 21 y 24 euros y el forfait vale unos 20.
Los trabajadores de la estación explican que las temperaturas son demasiado altas para que se mantenga la nieve y el principal inconveniente son las rachas de viento, que el lunes llegaron a los 80 kilómetros por hora.
Lo más habitual en los principiantes, que apuran su forfait para aprovechar las horas de luz, es acabar "con el cuerpo partido". También protestan porque la cafetería de la cima de la montaña está cerrada. "Así aprovecharíamos más tiempo arriba", lamentan.
La estación de esquí abrió la temporada de invierno el pasado 25 de noviembre. Dispone de 500 plazas de alojamiento, entre apartamentos de dos, cuatro, cinco y siete plazas; y albergues en siete casas de madera con 30 plazas cada una. Cuenta con 17 pistas de esquí, que suponen 11,50 kilómetros. Además, esta temporada estrena una nueva de 700 metros.
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