"Me sorprende que sea ilegal", explica Miller, "porque en nuestro deporte los riesgos de salud no serían muy altos y sí se aumentaría la seguridad de los atletas en la parte final de la carrera, reduciendo las posibilidades de cometer un error al final que te puede costar la vida".
La EPO, tan perseguida en el cilcismo por su capacidad para aumentar el nivel de glóbulos rojos en sangre, lo que permite un mayor y mejor transporte del oxígeno, evitaría, afirma Miller, correr riesgos en moemento en los que el cerebro debe tener la habilidad de tomar decisiones en décimas de segundo. Sin embargo, Sarah Lewis, oficial de de la Federación Internacional de Esquí (FIS), opina que sería una trampa utilizar sustancias artificiales y, además, podría suponer un riesgo para la salud de los atletas.
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