Al miedo generalizado por "el excesivo eco" que puedan tener las denuncias surgidas desde ámbitos ecologistas se suma la petición de urgencia para que, cuanto antes, puedan quedar resueltos los problemas y finalicen los trabajos de ampliación.
Los vecinos de la montaña se muestran, en general, a favor de los trabajos previstos por el grupo empresarial Aramón como modelo de desarrollo territorial, y ahora sólo piden "que las obras terminen cuanto antes y lo mejor posible".
"Toda la vida hemos sabido explotar los recursos de la montaña, y aquí nadie va a permitir que con las estaciones de esquí se haga una barbaridad en el Pirineo. Sin embargo, hay que comprender que con unas obras de semejante envergadura se den una serie de afecciones que hay que corregir", explica Mariano Fañanás, presidente de la comarca del Alto Gállego, que incluye Formigal y Panticosa.
Vecinos y ayuntamientos del Pirineo comparten la opinión de la DGA y su presidente, Marcelino Iglesias, que esta misma semana han salido al paso de las denuncias formuladas por la Plataforma en Defensa de las Montañas sobre la "falta de seguridad ciudadana" y "la barbarie" en el valle.
"En Zaragoza se ve la montaña como algo muy idílico. Pero los que vivimos aquí somos los primeros que la defendemos y apoyamos. Y por eso entendemos que las obras en las estaciones de esquí son necesarias para nuestro futuro, para crear puestos de trabajo y asentar a la población en el Pirineo", argumenta el alcalde de Panticosa, José Luis Pueyo.
La temporada de esquí, la primera del plan estratégico de Aramón hasta el 2009, no ha sido buena ni cubrió las expectativas de los negocios de la zona. La falta de nieve, el viento y el agua han retraído al esquiador. Además, en Formigal, la aparición de las grietas obligó a parar la instalación de la infraestructura emblemática de la estación: el primer y único telesilla de ocho plazas en España, que sustituye al tradicional huevo. Este contratiempo dejó en desuso toda la zona de Sextas, acceso tradicional a las pistas de esquí, y obligó al usuario a desplazarse a los aparcamientos montaña arriba.
Aramón, a través de su presidente, Francisco Bono, admite que en Formigal existe un problema de deslizamientos de tierra. Y el consejero delegado del mismo, Javier Blecua, ha confirmado esta semana que la empresa encargada de realizar los estudios geotécnicos no tuvo en cuenta la interrelación en el terreno de las distintas obras que se realizaban simultáneamente.
El Consejo de Administración de Aramón se reúne esta semana para decidir qué hace en Formigal. Todo apunta a que el telesilla tampoco entrará en funcionamiento esta temporada, ya que habrá que buscar una nueva ubicación; pero sí lo hará --aunque con un número menor de plazas-- el aparcamiento de Portalet, cuyas obras también se encuentran paradas por grietas y corrimientos de tierra. En cuanto al edificio de servicios de Aramón, el grupo empresarial insiste en que "no hay prisa".
Todas estas complicaciones han puesto nervioso al sector empresarial, que teme que la temporada del próximo invierno se asemeje a la última. De hecho, mientras en Biescas se inauguran bares, en Sallent ha cerrado una pizzería.
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