La prueba del algodón para comprobar la viabilidad de una estación de esquí. El ya ex-director de Sierra de Béjar-La Covatilla, Ángel González Pieras, uno de los principales expertos en gestión de complejos de nieve de España, aprovechó su reciente participación en las jornadas técnicas sobre la nieve en un destino emergente celebradas en Aller, para formular las nueve pruebas que, a su juicio, debe superar una instalación invernal para ser rentable. Es un test aplicable al proyecto de Fuentes de Invierno, la estación que está construyendo la Dirección General de Deportes en la vertiente allerana del puerto de San Isidro.
1. Ninguna estación de esquí tiene posibilidades de desarrollo si no cuenta con apoyo social y político.
2. La demanda es fundamental, y si no la hay en el propio territorio habrá que ir a buscarla fuera a través de potentes campañas publicitarias.
3. Una estación debe de contar con un dominio esquiable con la suficiente altitud y condiciones geomorfológicas que permitan una innivación fiable. Tan importante o más que la cantidad de nieve es la capacidad de un territorio para crear un manto nivoso de calidad. El terreno calcáreo es el mejor y la inversión en sistemas de drenaje fundamental.
4. Las estaciones de esquí necesitan inversiones constantes y periódicas, sobre la base de que, según algunos estudios, cada euro gastado en una instalación invernal genera nueve en el entorno.
5. Las estaciones, sobre todo las privadas, deben de contar con un margen de negocio suficiente para mantener las instalaciones y mejorar la oferta.
6. Cualquier iniciativa tiene que tener en cuenta el valor medioambiental de la montaña en la que se instala, de sus plantas, animales y paisajes. Para ello, debe de implicarse en la protección del entorno, entre otras cosas porque en una estación con vegetación y especies autóctonas la nieve se conserva más y mejor.
7. El emplazamiento de una estación debe de facilitar recursos turísticos más allá de la nieve. Un complejo de este tipo tiene que ser de nieve y de montaña, de invierno y de verano, ofertando actividades complementarias a los deportes blancos.
8. Una estación debe de ser sumamente respetuosa con la legalidad, tanto desde el punto de vista urbanístico como medioambiental.
9. Es importante que los operadores locales participen en la configuración del producto. El proyecto de una estación de esquí es cosa de todos los sectores implicados y no sólo de la entidad pública o privada que lidere la iniciativa.
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