Las obras que lleva a cabo la sociedad Montañas de Aragón (Aramón) para construir un aparcamiento en el Portalet han sido, sin lugar a dudas, las causantes del deslizamiento de la ladera, que se puede apreciar por las grandes grietas surgidas en el terreno. Así se pone de manifiesto, con absoluta rotundidad, en el informe encargado por Aramón al Colegio Oficial de Geólogos de Aragón tras desencadenarse una fuerte polémica por este asunto.
Las grietas aparecidas en la ladera desataron las críticas de los colectivos ecologistas, quienes también encargaron un dictamen al Colegio de Geólogos. Este documento, de menor profundidad y que se dio a conocer en rueda de prensa, afirmaba igualmente que el origen del problema no es otro que la construcción del aparcamiento, planeado para más de dos mil plazas.
Hasta la fecha, Aramón ha preferido no pronunciarse al respecto y ha dicho que no hará declaraciones hasta que no esté finalizado un tercer y más amplio estudio geotécnico donde se aporten posibles soluciones para continuar las obras con seguridad.
El informe de Aramón, rubricado por los profesores de Ingeniería del Terreno de la Universidad Politécnica de Valencia Antonio Sarasa y Francisco Javier Torrijo (hidrogeólogo y doctor en Geología respectivamente) revela que la ladera en la que se quiere hacer el área de estacionamiento tiene hasta cinco deslizamientos de carácter natural.
Estos movimientos de la capa superficial de la montaña, que son característicos de todo el Pirineo, no revisten por sí mismos especial riesgo, puesto que se producen a una velocidad muy lenta o están inactivos. El problema, como detalla el estudio, es que "la acción antrópica de la excavación del aparcamiento al pide la ladera, con el consiguiente cambio en su morfología y geometría ha provocado la reactivación de antiguas superficies de rotura y/o la generación de otras nuevas y, por tanto, el deslizamiento parcial".
Es decir, "la excavación, al dejar sin apoyo el material situado por encima" (proveniente del deslizamiento natural) "ha generado una sucesión de superficies de rotura, alguna de las cuales se han observado a media ladera durante el reconocimiento en campo y otras en las bermas del talud excavado para el aparcamiento".
Datos desconocidos
Sobre la cantidad de tierra que se desplaza por este efecto se señala que "se desconocen aspectos muy importantes" para calibrarla, pero se apunta que "la magnitud de la masa deslizada" debe ser muy importante por la amplia extensión del frente de rotura y porque la capa en desplazamiento "debe superar los diez metros de profundidad como mínimo".
La velocidad a la que se mueve esa masa deslizante se considera "moderada" y respecto a su evolución se afirma que "dadas las claras condiciones de inestabilidad en las que ha quedado la ladera, es previsible su continuo movimiento, con mayor o menor velocidad, hasta una situación de equilibrio límite, que compense en su balance de masas el volumen de terreno excavado".
O lo que es lo mismo, que la ladera, si no se interviene de algún modo para fijarla, continuará su desplazamiento hasta ocupar la superficie excavada para el aparcamiento con mayor o menor celeridad. Este deslizamiento, además, se ve favorecido por el fenómeno de solifluxión y la presencia de agua procedente de manantiales, que actúa como un lubricante entre la capa fija del terreno y la que está en movimiento.
El informe de los geólogos termina resaltando que "cualquier medida de corrección requiere una investigación de detalle que lleve a un análisis del proceso y de estabilidad de toda la ladera". Y adelanta que las actuaciones que se puedan llevar a cabo con ese objetivo dependerán técnicamente "del volumen de la masa inestable, de su velocidad, de la profundidad y geometría de la superficie de rotura, de la pendiente y altura de la ladera, de las características de los materiales y de la accesibilidad; sin olvidar la valoración económica, el tiempo para su ejecución en una zona con condiciones invernales muy duras y fundamentalmente del impacto ambiental de las posibles soluciones".
Advertencias previas
Uno de los apartados del informe se centra en la revisión de los estudios previos a la obra que Aramón había encargado a diferentes empresas. De los párrafos escogidos de los mismos que se incluyen en el documento se desprende que los responsables de la obra ya conocían el importante riesgo de inestabilidad al que se enfrentaban.
Así, el estudio geológico-geotécnico realizado por Consultores Técnicos Asociados alertaba que en la zona "las masas deslizadas son enormes, superando algunas de ellas la centena de hectáreas en superficie" y añadía que "se trata de formas típicamente reveladoras de fenómenos de solifluxión; la inestabilidad resulta evidente por la existencia de lóbulos de deslizamiento".
Este mismo estudio recuerda que los deslizamentos son bien conocidos en "este sector del Pirineo", donde "cualquier modificación del precario equilibrio" de las laderas naturales "como consecuencia de actividades antrópicas (excavaciones, sobrecargas...) da lugar a movimientos del terreno". Esos movimientos son "directamente proporcionales a la altura y amplitud de las excavaciones" que se lleven a cabo al pie de las laderas. Y se añade que hay "numerosos antecedentes" de desmontes en Sallent de Gállego, en la carretera del Portalet, donde ha habido que hacer reparaciones desde antiguo por esta causa, e incluso se agrega que "en solares de la urbanizción de Formigal se han podido apreciar los inconvenientes de no controlar adecuadamente las excavaciones".
Los autores estiman que esos antecedentes "deben alertar respecto de cualquier actuación que implique un cambio tensional que pueda inducir estos procesos de deslizamiento (en este sentido son particularmente comprometidas las excavaciones de alturas superiores a 5-6 metros, como es el caso)".
Por eso, se recomienda adoptar sistemas de contención de tierras para hacer la excavación, en concreto "del tipo muro rígido o escollera", y se añade que "esta opción de mejora es recomendable asumirla durante la propia realización de las obras".
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