Los rayos solares hacen posible la vida en la Tierra, pero no todos sus efectos son positivos. "La exposición aguda a los rayos ultravioleta tipo UV por encima de cierta dosis es causante de conjuntivitis y queratitis actínicas. Se trata de afecciones a menudo dolorosas y temporalmente incapacitantes, si bien su pronóstico es favorable, salvo complicaciones", explica el doctor Rafael I. Barraquer, director médico adjunto del Centro de Oftalmología Barraquer.
Ante tal situación, este prestigioso oftalmólogo realiza una rápida e incisiva reflexión sobre la importancia de la protección ocular a través de una serie de prácticos consejos. El primero hace referencia a conocer la utilidad real de las gafas, más allá de las modas: las situaciones en las que es realmente necesaria la protección adicional que ofrecen.
Barraquer hace especial énfasis en conocer el tipo de filtro que llevan. "Deben proteger al máximo de los rayos UV, lo cual es independiente del color o grado de oscuridad del cristal. El color indica sólo el grado de filtro para ciertas porciones de la luz visible". En este sentido, el color de los cristales tiene escasa importancia, excepto en las personas con trastornos de la visión de los colores, cuyo déficit puede empeorar.
"Además de los cristales, la protección depende del diseño de la montura. Las gafas muy pequeñas o las que se distancian en exceso del ojo no lo protegen de los rayos laterales y de los inferiores, importantes en caso de superficies reflectantes como la nieve", advierte el oftalmólogo.
Protección adecuada
Más de un esquiador habrá acabado la jornada alguna vez con picor de ojos o conjuntivitis sin saber porqué. La causa más probable es una deficiente protección ocular, ya sea por no utilizar unas gafas adecuadas o por esquiar sin ellas, aunque sólo fuera un rato. De aquí también la necesidad de inculcar a los más pequeños de la casa la necesidad de utilizar las gafas todo el tiempo que se esté en la nieve.
La oferta de gafas de sol es muy extensa. Cada vez son más los fabricantes que amplían sus líneas de producto e incluyen modelos para esquiar o ir a la nieve. Las gafas tipo máscara son las que ofrecen una mejor protección. Sus lentes suelen ser intercambiables para adaptarlas a las condiciones, pero también son las más aparatosas y muchas veces caras (desde 65 euros). La gafa convencional tiene la ventaja de poderla utilizar tanto en el día a día como en la nieve, pero uno se deberá asegurar de que la lente tenga la protección adecuada (desde 55 euros). "Nunca deben usarse gafas de sol para fines para los que no han sido diseñadas", recuerda Barraquer.
Y por último, a la hora de adquirir unas gafas se debe hacer en un centro especializado que garantice la calidad del producto y una buena protección ocular. Porque con la vista no se juega.
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