La pista de El Tubo pasará a tener una longitud de dos kilómetros, el doble que en la actualidad, y contará con un desnivel de 400 metros, el mayor de la cornisa cantábrica. La ampliación se realizará hacia la zona de la urbanización, permitiendo así que los usuarios utilicen los telesillas de Cuetu Negru y de Brañillín. La actuación supondrá un fuerte respaldo al estadio de competición de Pajares, el único homologado en la cordillera, ya que, una vez que esté lista, permitirá acoger pruebas de todo tipo, entre ellas, y como gran novedad, las de descensos.
La actuación en la pista de El Tubo se desarrollará en dos anualidades. En la primera se procederá a la renovación de todos los drenajes, mejorando su ubicación, y en la segunda se ejecutarán las obras de ampliación propiamente dicha. El presupuesto ha quedado fijado en 426.000€.
La otra gran actuación prevista para Valgrande-Pajares es la reforma integral de la cafetería Telesilla. El proyecto, que también se desarrollará en dos anualidades, incluye la adecuación de la fachada y la cubierta del edificio, además de la renovación de la cafetería, el comedor, las habitaciones del albergue y los bajos. También está prevista la sustitución de toda la carpintería exterior, de la instalación eléctrica y de la fontanería. El presupuesto de la actuación ronda los 250.000 euros.
Incremento de esquiadores
Los planes para Valgrande-Pajares fueron anunciados ayer por el director general de Deportes del Principado, Daniel Gutiérrez Granda, durante la presentación de los resultados de la temporada blanca que acaba de concluir en la instalación invernal asturiana.
Según los datos oficiales, la estación recibió este año 178.342 visitantes (31.477 menos que la pasada campaña), de los cuales 48.665 practicaron esquí, lo que supone un incremento del 1,77% con respecto al ejercicio anterior. Marzo fue el mes de mayor afluencia de usuarios, concentrando el 61,80% de todo el año.
Según explicó el director de la estación, José Miguel Vega, la temporada ha estado caracterizada por una atípica evolución de las nevadas. Así, los sistemas de innivación artificial resultaron imprescindibles para que la estación pudiera abrir pistas en los meses de diciembre, enero y febrero. Fue a finales de febrero cuando las condiciones climatológicas experimentaron un cambio radical, con importantes nevadas que permitieron alargar el final de la campaña hasta principios de mayo, algo que no sucedía desde hace tiempo en Pajares.
Junto al «éxito» de la innivación artificial, Vega destacó entre los aspectos positivos de la campaña la capacidad del telesilla del Valle del Sol y la anchura de las pistas de esta zona, que permitió que los aficionados realizasen descensos más continuados.
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