Mühlegg, tarde y mal

El último escándalo por dopaje ha surgido de las denuncias de Jesús Manzano. Ha salpicado al ciclismo, pero el caso más sonado en la historia del deporte español fue el positivo del esquiador de fondo de origen alemán, Johann Mühlegg, al no superar un control en los Juegos Olímpicos de Salt Lake City, en Estados Unidos. El fondista dio positivo por aranesp, la variante de eritropoyetina (EPO) de nueva generación y mayor eficacia. Fue suspendido por dos años y ahora tiene que devolver las dos medallas (ganó tres) que no le retiró el Comité Olímpico Internacional (COI) en el 2002.

Pues bien, la Comisión Nacional Antidopaje, el máximo organismo institucional en la coordinación en el combate contra el uso de sustancias y métodos prohibidos, "tardó seis meses en reunirse", denunció ayer Rafael Blanco. La respuesta al escándalo fue tardía y lenta. Diversos integrantes de la comisión ya explicaron a este diario, a los pocos días del positivo de Mühlegg, que llevaba meses sin que sus miembros fueran convocados.

"En general --comentó ayer Blanco-- no se ha profundizado estos últimos años en ningún problema importante que ha afectado al deporte español. Así, en la Ley del Deporte de 1990 sólo se ha modificado el presupuesto".

El paraíso español
Blanco reconoció ayer también que en el extranjero se tiene la imagen de que España sigue siendo un paraíso en la persecución del dopaje. "Por eso vienen aquí tantos extranjeros a entrenar. Saben que el riesgo a controles es mínimo". También lamentó el criterio de algunas federaciones a aplicar sanciones. "En natación --Blanco es su presidente-- la suspensión es inmediata, pero hemos contemplado el caso de Gurpegi, en el fútbol, que sigue jugando tras un positivo".