Este hecho, unido a las buenas condiciones que presentan las pistas tras el último temporal y a que el anterior fin de semana no se pudo disfrutar por el mal tiempo han motivado que se haya registrado una alta ocupación en los valles pirenaicos. Si el sábado, tal y como informó este periódico, la inestabilidad climática fue el único factor negativo, en la jornada de ayer el tiempo acompañó a los numerosos aficionados que se calzaron los esquís y aprovecharon el último día del fin de semana para practicar deporte en unas pistas que presentan unas muy buenas condiciones. Ello se ha traducido en que los centros invernales mantengan abiertas sus instalaciones casi al cien por cien.
Entre las cinco estaciones del Pirineo sumaban ayer 188 kilómetros esquiables, cubiertos con nieve polvo y dura. A primeras horas, en alguna de ellas el cielo estaba semicubierto, aunque que en la mayoría amaneció despejado y lució el sol.
Astún puso en funcionamiento 13 remontes, 42 pistas y 35 kilómetros esquiables cubiertos con nieve polvo y con espesores de entre 100 y 160 centímetros.
En Candanchú se abrieron 23 remontes, 41 pistas y 34 kilómetros esquiables cubiertos de nieve polvo con espesores de entre 90 y 150 centímetros.
Cerler puso en servicio 16 remontes, 40 pistas y 46 kilómetros con nieve dura y espesores que oscilan entre 35 y 180 centímetros.
En el Valle de Tena, Formigal puso en servicio 20 remontes, 45 pistas y 45 kilómetros esquiables cubiertos de nieve polvo y dura, con espesores de entre 60 y 185 centímetros.
En Panticosa, por su parte, estuvieron abiertas 13 pistas, 35 remontes y 28 kilómetros cubiertos con nieve polvo y dura, con espesores de van de 40 a 200 centímetros.
Fuente: