Es más, el grupo ecologista añade que la futura estación de la vertiente asturiana de San Isidro «únicamente traerá consigo el deterioro medioambiental y social de la zona», puesto que, a juicio de su portavoz, Beatriz González Fernández, «está demostrado que las inversiones en grandes infraestructuras no llevan asociado bienestar social». En esta línea, González asegura que el proyecto generará «trabajo precario y empleos temporales de baja cualificación en el sector servicios y de turismo».
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