A la avalancha de coches en la carretera se le sumó el hecho de que la vía aún no estaba limpia de nieve y había aún vehículos en los márgenes que habían sido temporalmente abandonados por sus propietarios a causa del temporal de los últimos días en el valle.
Los colapsos en los accesos a las estaciones de Boí Taüll y Baqueira Beret de los últimos días se repitieron ayer domingo en que el buen tiempo favoreció que el alud de esquiadores a las pistas no decreciera.
Desde primera hora de la mañana los accesos empezaron a registrar colas kilométricas entre Barruera y Boí Taüll y Vielha y Baqueira, respectivamente. Eran muchos los usuarios, que atascados en la carretera que conduce a Baqueira Beret, llamaban a una emisora de radio local de la Val d’Aran para expresar su indignación por una situación que se repite hace días y que pone de evidencia la saturación de valles como el de Boí o Aran para acoger a miles de personas en días punta.
El ritmo de llamadas se disparó cuando un oyente se atrevió a decir que los coches con matrícula de Madrid tendrían que ir a esquiar a Navacerrada en lugar de colapsar las carreteras del Pirineo. En ese momento, la centralita de la emisora empezó a sacar humo. La mayoría de las quejas de los usuarios se referían a la incapacidad de los responsables de empresas y administraciones para ordenar y prever el alud de visitantes, aunque otros reconocían que el problema está precisamente en este alud de esquiadores que se produce de forma periódica y espontánea y que no puede controlarse directamente.
Las colas impidieron un día más a muchos aficionados la práctica del esquí y había incluso algunos que llevaban cuatro días en la zona y todavía no habían podido probar las pistas, si bien es verdad que los más madrugadores (algunos ya estaban a las ocho de la mañana en los párquings de las estaciones) esquiaron sin ningún problema.
Los más perjudicados tardaron hasta cinco horas en llegar a las pistas y el regreso (sobre todo desde Beret) les llevó hasta tres horas más, una situación que puede convertir las vacaciones de invierno de los más impacientes en una verdadera pesadilla.
Monitores atrapados
Otro sector muy perjudicado fue el de los monitores de esquí que no pudieron llegar a su puesto de trabajo y se vieron atrapados en la carretera, perdiendo horas de clase y el dinero que éstas les reportan. Es un pez que se muerde la cola porque el alud de visitantes no se puede frenar pero debería frenarse para evitar situaciones como ésta.
Los usuarios más críticos manifestaban ayer no entender por qué sigue construyéndose hoteles, apartamentos y casas en estas zonas si cuando se llegan muchos de los visitantes no pueden esquiar por problemas de colapsos y saturación.
Aunque todos coinciden en reconocer que se trata de una situación puntual que se produce en Navidad, Semana Santa y el puente de la Constitución, aseguran que puede convertirse en habitual si cambian los hábitos de los esquiadores.
Estos colapsos que generan desconfianza, recelo y malestar de los usuarios respecto al funcionamiento de las estaciones de esquí y las administraciones de la zona perjudican sobre todo a los establecimientos turísticos que, en boca de sus representantes, ayer lamentaban y mostraban su preocupación por la situación generada.
Un cremallera o más buses
En el caso de la Val d’Aran, algunas fuentes del sector turístico apuntan que una posible solución para evitar atascos en la carretera que conduce a Baqueira Beret sería construir un acceso con remonte a la estación desde el municipio de Vielha-Mijaran, si bien otras fuentes señalan la posibilidad de construir un tren cremallera de Vielha a Baqueira y otras fuentes defienden la idea de incrementar de forma considerable el transporte público con autobús entre Vielha y el complejo.
Ir de Vielha a Baqueira costaba ayer tres horas
Realizar el trayecto en coche desde Vielha a Baqueira, separadas por tan sólo 13 kilómetros, costó ayer hasta tres largas horas. La estación fue visitada ayer por 11.500 esquiadores, y varios amantes de la nieve desistieron de llegar a pistas por las kilométricas colas. El Port de la Bonaigua entre Baqueira y el Cap del Port fue abierto ayer al tráfico, si bien con cadenas.
El gremio de hostelería del Aran pide disculpas
El presidente del gremio de hostelería de la Val d’Aran, Juan Antonio Serrano, pidió ayer disculpas por las colas kilométricas a los visitantes de estos días en el valle a través de una radio local.
Asimismo, se comprometió a que desde el gremio se hará presión ante las autoridades competentes para que se solucione este problema, que sostiene que “da una mala imagen del valle”.
Serrano considera que uno de los principales culpables de estos colapsos es “el crecimiento desmesurado de las segundas residencias en el valle”.
Avanza que los promotores de éstas deberían de pagar una tasa urbanística-turística a los ayuntamientos, para que luego se pudiera invertir en servicios e infraestructuras.
Bisbe ve necesaria una planificación del acceso
El director general de Baqueira Beret SA, Aureli Bisbe, recordó ayer que cuando se construyó la estación la intención era levantar alojamientos a pie de pistas, “para que no hiciera falta coger el coche”, pero señala que esta filosofía les fue tumbada para permitir el desarrollo de los pueblos del valle, algo que considera que ha tenido “un resultado positivo y con un crecimiento harmónico”.
Pero, según el director general de la estación, los encargados de la planificación del valle se olvidaron entonces de resolver el tema de accesos a la estación, ya que a partir de entonces era necesario el uso del coche para llegar a las pistas.
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