Las bajas temperaturas siguieron protagonizando ayer el tiempo en la provincia, tras la entrada el pasado lunes de un frente de viento de componente norte, que trajo precipitaciones de nieve en el área pirenaica e hizo que los registros en los termómetros cayeran de manera brusca, aumentado el viento la sensación de frío. Las temperaturas mínimas registradas en las zonas pirenaicas ayer fueron de varios grados bajo cero, como los -13 alcanzados en el refugio de Góriz; los -11,5 en el de Ángel Orús; los -11 en el de Estós; los -11,4 de la estación de esquí Cerler; los -12 de Formigal; los -10,5 de Candanchú o los -8,8 de Panticosa, según los datos facilitados a este periódico por el Centro Meteorológico del Ebro.
Por debajo de los 1.500 metros de altura, las mínimas fueron más suaves, aunque en muchos casos no se llegó a los 0 grados. Así, en Benasque se alcanzaron -4 grados; en Huesca -1, en Tamarite de Litera -3,6; en Sariñena -0,9, en Bujaraloz -1,9 y en Jaca los 0 grados. Estos datos demuestran que las heladas se generalizaron ya no sólo en la mitad norte, sino en puntos más meridionales de la provincia.
En Benabarre, situada en el prepirineo ribagorzano, el termómetro llegó a alcanzar durante la noche del lunes a ayer los doce grados bajo cero, según señalaron desde el servicio de Protección Civil de la localidad, informa Elena Fortuño.
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