Así lo asegura la compañía Skis Rossignol de España, filial del grupo francés del mismo nombre especialista en deportes de invierno.
La empresa, que dirige Joan Duocastella, fabrica cada año unas 670.000 unidades (400.000 pares de esquís alpinos, 50.000 de esquí de fondo y 220.000 tablas de snowboard), de las que el 95% se destina a la exportación. Cuenta con una plantilla fija de unas 260 personas, que en momentos punta llega a las 400.
La de Artés es la segunda fábrica de esquís (la otra, en Francia) que tiene Rossignol, y no está en Catalunya por casualidad. Construida en 1971, recibió ayudas por parte del Ayuntamiento y del obispado de Vic –cuenta Duocastella–, pero también pesaron los orígenes del principal accionista del grupo, Laurent Boix Vives, francés de madre mallorquina (de Sóller) y padre catalán (de Tortosa).
La historia de Rossignol se remonta a 1907, cuando Abel Rossignol construyó los primeros esquís en su taller de maquinaria para el textil. Pero en 1956 la compañía entró en crisis y fue adquirida por Boix Vives. El grupo –con marcas como Dynastar, Lange o Look– cotiza en bolsa y factura 485 millones de euros.
Los esquís bien podrían ser el producto industrial más estacionario: “Vendemos el 80% en noviembre y diciembre”, y por ello la fábrica de Artés, una de las más grandes del mundo en su especialidad”, trabaja muchos meses acumulando stocks. Rossignol factura en España unos 50 millones de euros, de los que sólo 9 millones son ventas en el mercado nacional: esquís, pero también botas, complementos, textil o, incluso, la nueva línea de golf.
“Hacer esquís es lo que nosotros mejor sabemos”, explica convencido Duocastella; la especialización de la filial española se ve reflejada en que en los últimos cuatro años ha duplicado su volumen de facturación, gracias en parte a asumir toda la producción de snowboards del grupo.
En Catalunya había habido varios fabricantes: Poll Puig, Samid... o Sancheski en el País Vasco, pero ya no queda ninguno. Ahora la fábrica de Artés se enfrenta al reto de la competencia que llega de Asia. “China ya fabrica el 50% de la producción mundial de snowboards”, asegura Duocastella.
La compañía destina unos 2,5 millones de euros cada año a la investigación y desarrollo de tecnología industrial propia. “Tenemos un producto muy intensivo en mano de obra. Y aunque parecía imposible en este sector, estamos robotizando la planta de Artés; esperamos cerrar el próximo ejercicio 2004 con unos 12 robots instalados.” Duocastella asegura que ello no implicará ninguna reducción de plantilla.
El mercado de esquís está estancado. “Tenemos potencial de crecimiento, pero tienen que incorporarse Rusia y los países del Este. Artés vende a todo el mundo: Estados Unidos, Alemania, Japón o Irán".
Imagen de Joan Duocastella. Dirige Skis Rossignol de España, en la que lleva 26 años