La canalización serviría para suministrar agua, en principio, a los nuevos cañones de nieve de las pistas de Blanhiblar, según el secretario general del grupo ecologista Ipcena, Joan Vàzquez. "Más adelante esa agua podría usarse para las pistas que se abrirán con la ampliación al Pallars Sobirà", añadió.
La actuación carece del permiso de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), que es quien debe autorizar la concesión del agua y la apertura de zanjas en zonas próximas a los cauces de los ríos. El Ayuntamiento de Naut Aran concedió, a principios de mes, un permiso provisional de obras a la estación de esquí, que la ACA ha considerado insuficiente.
"MANGA ANCHA" MUNICIPAL
"La CHE puede tardar hasta seis meses en dar su visto bueno a la solicitud de Vaquèira", explicó Vàzquez. El portavoz de Ipcena criticó "la manga ancha del ayuntamiento" con la empresa, "de la que recibe 240.000 euros (40 millones de pesetas) al año por el arrendamiento de terrenos comunales para las pistas".
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Vàzquez dio a conocer ayer, además, una sentencia del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que obliga a la Generalitat a revisar al alza una sanción impuesta a Vaquèira en 1997 por unas obras en el lago del Clot de l'Ós.
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