Los cañones de nieve, en funcionamiento ininterrumpido durante casi 48 horas, eran ayer el principal testimonio de las mejoras acometidas en el Brañillín, unas obras que han devuelto a algunos usuarios la confianza en la estación asturiana.
Víctor Cabal Díaz, ovetense habitual de Pajares, dejó claro que «la estación está mejorando con obras importantes, pero hace falta más». De igual opinión fue el mierense Alejandro Campomanes. «Las obras están muy bien, sobre todo los pasillos ensanchados, pero no es suficiente, las pistas no están todo lo cuidadas que deberían», señaló. Y añadió: «hay que darles un voto de confianza porque este fin de semana la estación está muy bien». En el Brañillín se contabilizaron ayer 6.900 esquiadores. La proximidad de la estación a las principales poblaciones asturianas y leonesas y la escasez de aglomeraciones y problemas de aparcamiento añaden atractivos a Valgrande. María del Mar Puente, de León, aseguró haber cambiado San Isidro por Pajares «porque se tarda media hora menos en llegar y eso, con niños pequeños, se nota». Según relató, esta temporada ha vuelto a Valgrande tras varios años y ha encontrado cambios: «Las pistas están más preparadas». «Familiaridad y cercanía» fueron los motivos esgrimidos también por la lenense Ana Álvarez para decantarse por Pajares. Hubo quien defendió la estación «por el ambiente», pese a reconocer una «mejor calidad» en la nieve de San Isidro.
La abundancia de nieve va camino de permitir a la estación leonesa batir la cifra récord obtenida la pasada temporada. Ayer recibió 15.000 esquiadores. Uno de ellos, el ovetense Javier de Lillo, explicó que se decanta por la instalación leonesa porque «es difícil perder un día de esquí en la temporada por falta de nieve, y esa garantía es importante». La joven Lorena Delgado, de Piñeres (Aller), destacó también la proximidad como un elemento clave en su elección.
Carlos Fernández, de Moreda, defensor de la instalación leonesa, apostó por Fuentes de Invierno, la estación que el Principado proyecta crear en la falda del pico Toneo, en la vertiente asturiana de San Isidro. «Proporcionará más confort al deportista, pero esperamos además que traiga empleos para los jóvenes alleranos», explicó. En Pajares tampoco se ponían ayer mayores inconvenientes a la apertura de una nueva estación con 14 kilómetros esquiables. Las ovetenses Montserrat de la Fuente y Sylvie Guy, en su primer día de la temporada en Valgrande, aseguraron que «cuantas más pistas haya, mejor, así la gente estará más repartida». Cabal conoce la zona del Toneo gracias al esquí de fondo. Aseguró que «la nieve es muy buena y el proyecto está bien, pero será complicado sacarlo adelante».
Víctor Cabal, con su esposa, Teresa Fernández, y los niños Carla y Alejandro, ayer, en Valgrande.
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