Siete grados positivos. Esa era la temperatura que marcaban a las 16 horas de ayer los termómetros en la cota 1.500 de Baqueira-Beret. En Val d'Aran y el resto del Pirineo de Lleida llovió toda la tarde de ayer por debajo de los 1.700 metros. “Los grosores de nieve han descendido en la última semana en las cotas más bajas, pero las predicciones auguran una bajada de temperaturas para las próximas horas y confiamos en que se normalice la situación”, indica, por su parte, Roberto Buil, director de Baqueira.
El problema es que la nieve que ha caído en las cotas más altas es muy húmeda y pesada. Y eso no gusta a los esquiadores, a pesar de que Josep Messegué, director de Port Ainé (Pallars Jussà), asegura que esta nieve es buena “porque se compacta muy bien”.
Las estaciones de esquí han podido salvar, sin embargo, la cara porque contaban con una buena base de nieve en sus pistas tras las copiosas nevadas caídas a primeros de mes. Las temperaturas se mantuvieron de noche por debajo de los cero grados durante la primera quincena de diciembre, y eso permitió fabricar nieve artificial y empezar la campaña de Navidad con todas las instalaciones en funcionamiento. Pero en sólo una semana las cosas han cambiado y algunas estaciones como Baqueira empiezan a tener ya serios problemas de nieve en sus cotas más bajas.
Los responsables de las estaciones sólo confían en que llegue, a partir de hoy, el anunciado descenso de temperaturas para tener los complejos a pleno rendimiento a partir de este fin de semana, que es cuando se espera la mayor afluencia de esquiadores, y hasta el día 6. Se prevé que hoy nieve en Val d'Aran por encima de los 1.200 metros.
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