A pesar de que las Navidades son unas vacaciones tradicionalmente reservadas
para la familia, siempre se reservan varios días para hacer una escapada, visitar lugares desconocidos y practicar el deporte invernal por excelencia: el esquí. Para ello, las estaciones del Pirineo aragonés presentan unos magníficos espesores de nieve durante estos días y que, si la meteorología no es demasiado adversa para sus intereses, podrán mantenerse hasta la primavera. Así, durante todos los fines de semana -de viernes a domingo- de toda la temporada, alojarse en el hotel Europa (tres estrellas) de Astún, en régimen de media pensión, tiene un coste a partir de 139 euros. O reservar una habitación en el hotel Edelweiss (tres estrellas) de Candanchú cuesta 137 euros, siempre según la disponibilidad. Además, en el precio se incluyen los bonos que dan derecho a la utilización de los remontes y accesos a las pistas.
Para los que no precisen hospedarse a pie de pistas, los valles oscenses, ricos en cultura y gastronomía, son una interesante alternativa al deporte.
Ski-Bus
La novedad para la presente campaña es la puesta en funcionamiento del "Ski-Bus", un servicio de transporte a Astún y Candanchú, con el bono de día incluido en el precio y salidas diarias desde Zaragoza a las 7.00 y regreso a las 17.00. A pesar de que se requiere una cantidad mínima de personas que soliciten este servicio para garantizar la salida del autobús, la respuesta de los aficionados suele ser positiva. Las reservas pueden efectuarse en la mayoría de las agencias de viajes, quienes también gestionan el alquiler de material y la posibilidad de contratar un cursillo de aprendizaje o perfeccionamiento del esquí.
Pero el abanico de posibilidades para disfrutar esquiando no se cierra en el Pirineo aragonés. La vertiente francesa de la cordillera pirenaica y Andorra también son destinos privilegiados muy pretendidos por los amantes del deporte blanco, sobre todo para viajes de fin de semana. Los más ambiciosos, y también afortunados, que dispongan de una semana de vacaciones, buscan en los Alpes la calidad de nieve y la longitud de pistas que no encuentran a menos kilómetros de casa.
Descenso de antorchas.
Todos los centros invernales festejan la Navidad con alguna actividad extraordinaria, como la visita de los Reyes Magos el día 6 de enero, o la tradicional bajada de antorchas el 31 de diciembre. En Formigal, por ejemplo, alrededor de 80 personas -monitores y personal de la estación- descienden por diversas pistas hasta la silla de Crestas portando las mencionadas teas y dibujando así una serpiente de luz cuando la noche empieza a caer. Este año, incluso, la dirección de la estación del Valle de Tena baraja la posibilidad de utilizar también una traca de fuegos artificiales para celebrar la despedida del año.
El día de Reyes, los tres Magos de Oriente, junto a sus respectivos pajes, llegarán a Formigal sobre trineos tirados por perros y cargados con regalos y caramelos para repartirlos entre todos los niños en la zona de Cantal. Cerler, en el Valle de Benasque, también acogerá la cabalgata de los Reyes, pero un día antes, el domingo 5 de enero.
Comerse las uvas o recibir a los Reyes mirando un paisaje nevado, pues, ya es habitual para muchos amantes del esquí.
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