La marca Head ya tiene en las tiendas su línea de esquís inteligentes, que incluyen un sistema que resiste a la deformación durante el descenso.
El fabricante austriaco Head, que siempre ha destacado por sus innovaciones tecnológicas, aplica ahora en la construcción de sus esquís el sistema que ya le ha dado resultados increíbles en sus raquetas de tenis.
Los esquís Head Intelligence disponen de unas fibras piezoeléctricas que la marca llama Intellifibers. Están instaladas en las tablas y transforman la energía mecánica producida por la tracción del esquí en energía eléctrica. El resultado es un esquí inteligente que reacciona de manera activa a la deformación de las tablas durante el descenso y siempre en función de las condiciones del terreno, y las características físicas y el estilo del esquiador
Esto quiere decir, que, si esquiamos suavemente, las fibras permitirán una buena y dócil flexión del esqui, pues al no ser agredidas por fuertes impactos apenas reaccionan, en cambio, si por el contrario nuestra forma de esquiar es más agresiva y a alta velocidad, las fibras reaccionan endureciendo el esquí para mejorar sus prestaciones de agarre y conducción.
El sistema es parecido al de los amortiguadores de un automóvil y Head ha sido el primero en desarrollar la idea para el esquí.
Los Head Intelligence IC300, que son los de gama superior, incorporan además un chip que está conectado a las intellifibers a través de un circuito eléctrico, con lo que se optimiza el comportamiento de las fibras y las tablas durante el descenso.
Estos modelos han sido probados por especialistas en la estación andorrana de Pal-Arinsal.
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