Por fin, después de muchos meses en dique seco, he podido esquiar y quitarme al pesado del mono de encima...
El día increible,
-3ºC antes de comenzar a foquear, sol brillante y una magnifica nieve recién caida. Como única pega, el viento que soplaba algo fuerte, pero ¿a quien le molesta esto el primer día de esquí?
Comienzo la subida desde el parquing de
Peñones, aprovechando que las máquinas han pisado la pista
Directa que comunica Borreguiles con el telesilla
Virgen de las Nieves.
Conforme voy avanzando me voy dando cuenta de que a pesar de que la nevada ha sido abundante y Pradollano parece estar colmada de nieve, será
dificil abrir algunas pistas emblematicas como el Rio de cara a este fin de semana.
Sin embargo, Borreguiles y especialmente la zona de principiantes, tienen un aspecto estupendo, todo esta
perfectamente pisado y no hay una sóla piedra.
Los cañones están trabajando a tope, y las máquinas pisapistas no paran de
mover nieve para tapar piedras, socavones y zanjas.
Viendo la calidad de la nieve, y lo fácil que me está resultando subir por una nieve así, decido seguir paseandome algo más arriba, hasta llegar al cruce de
Rebeco y Zorro.
Aqui, aunque aparentemente hay nieve, se notan los efectos del viento, hay muchas piedras y es evidente que
falta un pelín para poder abrir.
Y por fin
llega el dulce momento de la bajada. Elijo un lateral del Rebeco aún sin pisar, pero primero toca a desmontar pieles y abrigarse.
La bajada, aunque corta, realmente gratificante y estimulante. La nieve
está muy seca y los esquís se pueden
mover bien. A Mara -mi perra- se le va la cabeza y decide seguir mis huellas...también ella quiere hacer curvas...
En resumen,
me he quitado el mono, he disfrutado de una mañana espectacular en la montaña y he podido conocer de primera mano como está la situación en pistas.
Y la verdad es que aunque
mis esquís volvieron intactos y no pillé ni una sola piedra, ni por las pistas ni por fuera de ellas, fuera del área de Borreguiles, aún
falta bastante nieve como para abrir un numero elevado de kilómetros al público. Pero para
foquear y echar el rato, ¡está de lujo!