Hoy ha sido un
gran día. Por fin tras un eterno verano hemos podido
esquiar. Ha supuesto el esfuerzo de subir
foqueando, pero ha valido la pena. Y no sólo por disfrutar la bajada, sino también porque al subir hemos podido contemplar un
paisaje inusual en esta época.
Comenzamos a subir desde el parking de
Peñones. Está sin limpiar, pero nos pusimos los esquis junto al telesilla
Virgen de las Nieves.
En un principio estaba pisado pero pudiendo disfrutar de la travesía por
nieve polvo, rápidamente comenzamos a subir buscando zonas vírgenes.
Como simpre que salimos a disfrutar la montaña, nos llevamos a
Mara, que tuvo serios problemas al principio porque se
hundía por completo en la nieve. Rápidamente aprendió que lo mejor era seguir nuestras huellas.
La zona de
Cauchiles es una de la más beneficiada de los efectos del viento. Tiene mucha nieve acumulada y se han formado pequeñas
cornisas.
Pronto pudimos tener al alcance de nuestra vista la zona de
Borreguiles y alrededores. Todo el área de principiantes está perfectamente
pisada y los cañones funcionando.
A lo lejos también podemos ver como en
Montebajo está preparadas, al menos, también la
Zahareña y
Cecilio.
La
Visera, una pista que normalmente no tiene mucha nieve hasta mediados de temporada ya tiene un aspecto excelente.
Al llegar a
Granados nos quedamos boquiabiertos. ¡Ya teníamos claro por donde volveríamos!. Los paravientos han funcionado perfectamente y han acumulado
muchísima nieve.
Seguimos subiendo y más sorpresas en
Rebeco. Otra imagen espectacular.
Aunque vamos con cierta prisa porque hay que volver al trabajo, no pudimos evitar la tentación de asomarnos a la
Laguna, así que pusimos rumbo al
Zayas, pasando antes por la estación superior del telesilla
Veleta I.
De vez en cuando mirábamos para atrás para contemplar una vez más el alucinante aspecto de las pistas. El
snowpark -al fondo- también tiene mucha nieve.
El
carril de subida de la percha del Zayas tiene poca nieve porque el viento aquí sopló con fuerza, pero junto al paravientos de la pista
Panorámica hay acumuladas cantidades
ingentes de nieve. Había una
máquina trabajando a tope para mover y extender la nieve.
Desde este punto, final de nuestra subida, las
vistas de la Laguna ponen los pelos de punta. ¡Todo está redondo!
Y por fin a
esquiar. Comenzamos nuestro descenso por el Rebeco y como estaba pisado, hubo que buscar un hueco por el lateral.
Y del Rebeco, a Granados. La nieve
perfecta, fácil y suelta.
Y como postre, hicimos un poco el cabra por los
canutos de Cauchiles y vuelta a casa por las Sabinas.
Gracias a Javi (Peluo), Silvia y Mara (mi perra) por acompañarme en un día tan especial.
Realmente es una
pena que todo el mundo no pueda disfrutar de una maravilla así por falta de remontes. Pero tened paciencia que el invierno acaba de comenzar...
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