A medida que vayamos esquiando por toda la estación, adquiriendo experiencia y sintiéndonos más seguros, progresaremos naturalmente hacia el paralelo.
Ya no necesitaremos abrir el esquí exterior para iniciar una curva. Simplemente el echo de quitar la presión del esquí y extendernos y dirigirnos a la máxima pendiente hará que ambos esquís, sin presión, vayan cuesta abajo y desencadenen la nueva curva.
Si nos fijamos, los esquís están diseñados para girar, cuando los presiono giran y frenan, cuando les quito la presión tienden a dirigirse hacia la máxima pendiente, con lo cual nos ayudan a iniciar la nueva curva.
Texto y guión adaptado del libro Guía para la formación de los Técnicos Deportivos de Esquí de Primer Nivel.
Por Carlos G. Castillo y Ernesto Rodriguez Pérez.
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