¿Cansados de calor y con ganas de volver a esquiar? No sé a vosotros, pero a mí el verano siempre me pasa volando. Son fechas de contrastes, donde podemos tener el mayor de los calores y alguna tarde o noche, tras una tormenta, tener que encender la calefacción en la montaña.
Precisamente en estos momentos en los que hay que sacar el jersey, es cuando la neurona esquiadora, que siempre me queda algo adormecida en esta época, se despierta violentamente y me lleva a pensar en lo que queda para volver a la rutina blanca.
Pues bien, ya volvemos a estar a 100 días de calzarnos los esquís. Y esto quiere decir que la cuenta atrás sigue su curso. Muy deprisa. Porque a partir de ahora llega ese momento que particularmente a mí me encanta, que es volver a revisar el material, pasar (física o virtualmente) por las oficinas del club y de la estación, esperar pacientemente la llegada de los esquís que encargamos a final de la temporada pasada y empezar a pensar cómo será la temporada que viene.
Un gran aperitivo mientras las temperaturas irán bajando y la neurona empezará a volverse loca. Porque es la señal de que se vuelve a repetir ese ciclo maravilloso que vivimos los esquiadores y toca volver a empezar. Con la misma ilusión de siempre.