Torneo de Roland Garros 2021. Naomi Osaka decide retirarse del torneo al no poder afrontar las ruedas de prensa obligatorias.
JJOO de Tokio. Simone Biles decide abandonar el concurso por equipos por no encontrarse bien mentalmente. Se monta un revuelo inmmenso, con comentarios de todo tipo, algunos muy desafortunados, pero en general, muchas muestras de apoyo. Si algo tienen unos Juegos, es que llegan a todo el mundo, sea o no aficionado a un deporte en concreto. Y ha sido, sin duda, el gran detonante de esta cuestión.
Son dos ejemplos muy recientes. Y es que la cabeza, y especialmente cuando hablamos de deportes de élite, tiene que estar al 100% para que puedas tener alguna opción de tener éxito. Lo vemos cada día en infinidad de deportes de equipo, como el fútbol, donde un jugador buenísimo cambia de equipo y de repente, pasa a ser uno del montón. O simplemente entra en una mala racha de goles y parece que no hay manera. Pues bien, en un deporte individual en el que cada movimiento tiene que ser perfecto, no hay espacio para la duda o la inseguridad. Y está bien que haya salido una super campeona como Simone Biles para recordárnoslo, pero, sobretodo, para explicarnos que existe y que no hay que esconder que, aunque estos deportistas parecen de otra pasta, y es que lo son, también pueden ser vulnerables y no poder lidiar con la presión, la ansiedad o la depresión.
Lo primero en lo que pienso, cuando veo estos episodios, es en respeto. Respeto por el mal momento que están pasando. Pero a continuación, tras investigar un poco y ver que es un mal bastante común, el sentimiento es de admiración por la decisión de hacerlo público y afrontar el estigma al que se pueden someter.
En el esquí, que nos toca mucho más de cerca, vivimos un episodio similar con Mikaela Shiffrin hace poco. El traspaso de su padre la sumió en un estado que no le permitía competir. Le costó más de un año poder volver a ganar. Y aun así, sigue todavía lejos de aquella esquiadora intratable en la que se había convertido antes del fatídico suceso. Ha hablado de esto en numerosas ocasiones, como en este vídeo:
Problemas mentales han impedido a estas dos deportistas poder realizar su trabajo como ellas saben hacerlo. Y como ellas hay muchísima gente que lucha cada día contra malas pasadas que les juega su cabeza y que también, aunque sea a otro nivel, les dificulta llevar sus vidas con total normalidad. Y el hecho de que tengan el coraje de decir que no están bien y todo esto salga a la luz y se normalice un poco más, ayuda a que quién padece problemas de este tipo se sienta mucho más acompañado. No es casualidad que en pocos días, tras el boom de Biles, hayamos visto a otros grandes como Noah Lyles o Tianna Bartoletta hablar de sus problemas.
Y para acabar, otro extraterrestre que también pasó por esto: Michael Phelps:
Bravo por este tipo de gestos. Basta ya de hipocresías y de esconderse bajo un "todo bien". Porque, como dijo Osaka, está bien no estar bien.