Hará poco más de 10 temporadas que la conozco, pero sí que recuerdo el momento en el que me dije que seguramente sería la próxima marca de ropa que probaría. Me refiero a Peak Performance. Y al igual que me pasó con Spyder hace años, estoy en ese momento en el que si me cambiara el equipo, probablemente repetiría de marca. Y para mí esta es la mejor prueba de que algo funciona.
Porque si de algo saben los escandinavos es de diseño. Basta ver unos cuantos modelos de Vitra para ver que practicidad y estética suelen ir de la mano en sus creaciones casi siempre minimalistas. Y cuando hablamos de ropa de esquí se aplican los mismos criterios. Por eso los productos de Peak Performance son bastante sobrios pero con detalles que hacen que sean grandes diseños. Sin ostentación de ninguna clase pero destilan calidad por doquier. Es visitar una de sus tiendas y querer llevárselo todo.
¿Pero cómo se cumplen 30 años y se llega hasta aquí?
Una vez más se repite la historia y gente del mundo de la nieve decide producir prendas diferentes, aquello que el mercado no les ofrece. Se trata del campeón de baches Stefan Engström, el editor de una revista de esquí Peter Blom y el diseñador y director artístico Christer Mårtensson que vivían en Are a mediados de los 80. Deciden empezar a producir chaquetas de esquí que por aquel entonces no encontraban en las tiendas. Hay que pensar que en 1986 estábamos inmersos en una moda fluorescente (sí, yo también caí ) y costaba encontrar cosas fuera de ese estilo. Enseguida se les unió una cuarta persona, otro personaje de nieve, Jonas Ottosson, excorredor y vendedor de esquís en aquel momento.
Y así empezaron, fabricando prendas para ellos y sus amigos. Pero rápidamente se extendió la fama de sus productos y la cosa fue a más. En muy poco tiempo el fluor pasó y Peak Performance se consolidó como marca de estilo sobrio, cada vez se veía más en las pistas, dio un salto en volumen espectacular y su venta por correo quedó completamente desbordada. La empresa que habían creado unos hooligans, que entre esquiada y esquiada servían pedidos y diseñaban los nuevos productos, se empezaba a hacer un nombre en el sector.
Pero una vez aquí, una marca que quería posicionarse en un nivel alto tenía que estar en las mejores tiendas de las mejores estaciones. Una tarea nada fácil por aquel entonces, cuando una marca escandinava no contaba a priori como deseable en este tipo de entornos tan "conservadores". Y no hubo manera hasta que -y esta parte de la historia me encanta- los responsables de cada estación empezaron a esquiar con ellos y se dieron cuenta de que el financiero era un excampeón sueco de freestyle, que el comercial había sido olímpico en baches o que uno de los fundadores tenía varias distinciones de Copa del Mundo. Y claro, no hay como sacar a pasear y divertir al personal cuando eres un máquina para que quieran repetir. Con su nivel se ganaron la confianza de sus interlocutores y las puertas empezaron a abrirse: Cortina, Verbier, Zermatt, St. Moritz, Aspen,... La compañía empezaría a crecer de manera exponencial y se iria posicionando como una marca del segmento alto.
Logo anterior y actual, que cambió hace pocos años
Llegaron las prendas de Gore-Tex más tecnológicas y desde entonces, una evolución constante dentro de mantenerse fieles a un estilo en el que diseño y funcionalidad van de la mano. Crecimiento continuado, cambio de logo, patrocinios,... Se habían convertido en una gran empresa de productos de nieve y ya pensaban en dar el paso hacia nuevos deportes, como el golf o el running.
Matilda Rappaport y Sandra Lahnsteiner, con típicos diseños de Peak Performance, flanqueando a Julia Mancuso
El año pasado durante una carrera en La Molina con mi primera prenda de la marca, que tiene 7 años, una especie de polar negro con el detalle de las costuras claras. Todavía llevaba el logo antiguo.
Y en una esquiada en Baqueira el año pasado, coincimos tres versiones del mismo equipo, el Heli Alpine:
Tienen tiendas en todo el kunro. En Andorra está la única tienda que conozco de la marca y os aseguro que es peligroso entrar porque cuesta salir con las manos vacías. Y es que no sòlo entra por los ojos el producto, las maderas que hay por todas partes hacen que el conjunto esté cuidadísimo y todo se vea más bonito.
Fuera de la temporada de nieve, el esquí deja más protagonismo al resto de líneas de la marca
En fin, supongo que un experto en branding sabría decirme por qué nos identificamos con las distintas marcas, hasta el punto de que de algunas las hacemos nuestras y otras que sabemos que son muy buenas, no tanto. ¿Por qué nos sabemos todos los modelos de unas y casi ninguno de otras? Y yo con las escandinavas en general y con esta en particular, me identifico bastante.