El verano pasado, que estuve por la Cerdanya, tuve ocasión de subir unas cuantas veces a La Molina y Masella. Es interesante visitar las estaciones de esquí en verano, y más si lo puedes hacer en bicicleta y aprovechar para ponerte a tono. Hay muy poco tráfico de gente que sube y se disfruta de un paisaje único y de una perspectiva de la estación que no se tiene cuando está cubierta de nieve.
Este año le ha tocado a las estaciones del Ripollés, Vall de Núria y Vallter 2000. En Núria he estado varias veces, pero siempre me gusta subir, y aunque de momento subo en el cremallera, no tardaré en subir a pie. Sufrimos una pequeña incidencia y debo destacar la amabilidad del personal, que me consta que son pocos pero se ve que se esfuerzan en dar el mejor servicio posible.
La clásica imagen del lago con las pistas a la izquierda.
En cuanto a Vallter, un recado en Camprodón y aproveché para subir hasta la estación en bici. Hacía unos años que no estaba y nunca había subido en verano, así que pude disfrutar del entorno y de la subida, con algunos tramos realmente exigentes. Subes despacio, quedándote con esos detalles que en invierno, con las prisas de ser el primero, se te escapan. No hacía buen día, pero era el día que tenía para hacerlo.
De Camprodón hasta Setcases es un paseo
De Setcases hasta arriba la cosa se pone mucho más seria
Tráfico no rodado en algún tramo.
La satisfacción de llegar arriba
Fueron 24 km de subida (con 1200 m de desnivel +, partiendo de los 900 de Camprodón hasta los 2100 del parking de arriba) y otros tantos de bajada. Otro buen entreno de cara a la temporada que se acerca. Lástima que el tiempo se puso realmente feo y tuve que salir corriendo y aún así me pilló la lluvia a media bajada. Pero me gustó, así que seguro que repetiré aunque sea el año que viene.
Y por si te animas, en al bar de la estación dan unos desayunos de cuchillo y tenedor por 6 euros.