Tras varios días organizando agendas para poder escaparnos, finalmente llega el momento. Hemos estado los días 14 y 15 de febrero en Boí Taüll. El año pasado fue muy malo y este tenía ganas de volver a esta estación, que es una de mis favoritas por su tranquilidad y la calidad excepcional de nieve que le da su altura y orientación, que es toda cara norte y la cota mínima está por encima de los 2000 metros. Esta circunstancia penaliza cuando hace viento pero cuando no, para mí es insuperable.
El camino desde Barcelona es, con la excepción de los túneles del final, muy agradable de conducir. Pasado Pont de Suert, desvío hacia la Vall de Boí, unos kilómetros y llegas a Taüll, donde Sant Climent te da la bienvenida. De noche, con la iluminación, está sencillamente espectacular. No me canso nunca de contemplar estas maravillasdel románico.
Esta vez nos alojamos en el Aparthotel Augusta, en el Pla de l'Ermita. No había estado nunca pero me ha parecido una fantástica opción, sobretodo si vas con niños. Unos apartamentos muy correctos y bien equipados, me han gustado mucho.
No éramos los únicos en madrugar. Había que aprovechar la buena nieve que nos esperaba.
Un clásico, las bajadas de Vaques a primera hora, que es donde da el sol, con una nieve sencillamente espectacular que aguantaría perfectamente todo el día. Cosas de la altura y la orientación.
Cuando tienes toda la pista para ti, puedes ir a fondo.
El aspecto de la estación es francamente bueno. En las zonas más altas el viento se ha cebado, pero el resto está de vicio.
A la salida de la silla Express, con Puig Falcó al fondo. Es fácil quedarse observando el paisaje que nos rodea. Lástima que no pudimos disfrutar de la cota más alta porque Puig Falcó estaba cerrado:
En las pistas se acumula mucha nieve y de gran calidad.
Me alegra ver que el parking no estaba desierto. El acceso al coche desde Express es muy cómodo y permite ir al coche en busca de comida, abrigo, etc muy rápidamente.
Mirando a Vaques a la altura de la cafetería Carlina:
Subiendo Resort Express. El pisado de las pistas es muy bueno:
Desde arriba, la panorámica de la estación con la carretera rodeada de nieve y el resort al fondo:
Telesilla Roies. Desde aquí parten algunas de las pistas que más me gustan.
Las vistas al llegar a la salida de Roies también son espectaculares, con muchísima profundidad. Ya se ve que todos los frentes que vienen del sur llegan hasta aquí sin ningún obstáculo.
Bajando por Tuc con el Aneto al fondo:
Es una pista con curvas muy divertida de la que parten grandes pìstas que bajan hasta la base: Gran Diagonal, Marmotes, etc. que estaban en un estado excepcional.
Ante la duda, lo mejor es probar varios esquís. Como había muy poca gente, acabé esquiando más con los Racetiger.
Una idea de cómo está la nieve. Los esquís no se van ni un dedo:
Otra vista de Puig Falcó y sus 2750 m, el punto más alto al que se puede llegar en un remonte en el Pirineo.
A mediodía, con un sol espectacular, la gente va parando en la cafetería. Nosotros decidimos no parar.
Las vistas bajando por Tuc son impresionantes: Aneto y Maladeta.
Tras una jornada de más de 7h30 de esquí, desde las 9.20h hasta las 17h que nos dijeron que ya no podíamos subir más, cayeron más de 12500 m de desnivel. La batería del Ambit, que no la llevaba a tope, empezaba a flojear.
No habíamos comido, así que la cena sentó de maravilla:
Tras la cena, unos gin tonics en Karpanta, una sidrería muy recomendable en Pla de l'Ermita, con una selección de carnes fuera de serie, por no hablar de su carta de vinos y ginebras, que es del máximo nivel.
Y claro, tras semejante jornada de esquí me ponía líder de la clasificación de la aplicación iSki España:
Al día siguiente más. Otra vez de los primeros en llegar a la estación para aprovechar la gran nieve que nos esperaba.
Pica, una de las negras que bajan por debajo de la silla Express. Muy divertida y en muy buen estado. Una de las cosas que más me gustan de esta estación es que no pisan las negras. Sólo l'Eslalom que está en la zona de Vaques está pisada. Vamos, que si te gustan los fuera pistas, puedes hacer unos cuantos en forma de pista negra, con la ventaja de ser una zona controlada de la estación. Lástima que mi rodilla todavía no está bien y este tipo de "pistas" me castiga en exceso y prefiero bajar más por zonas pisadas, pero no podía dejar de bajar por aquí y cayeron unas cuantas.
El segundo día no pudimos estar tantas horas, pero no perdimos el tiempo y cayeron casi 8000 metros más. Más de 20.000 en dos días indican cómo está la estación:
Y ya de vuelta, Sant Climent que se despide de nosotros.
Han sido dos grandes días de esquí con unas condiciones de calidad de nieve pisada excepcionales. Hemos disfrutado un montón. Ya estoy pensando en cuándo me podré volver a escapar porque este valle es muy especial y si lo frecuentas a menudo te encuentras con días de esquí inolvidables.