Esta aventura empieza a fraguarse en la que fue la Kdd Ferran&Pow en Port del Comte.
Como es habitual en las kedadas siempre tenemos sobres mágicos cortesía de Nacho Campos de Alpeski, y en esta ocasión aparte de Nacho, teníamos también la colaboración de Paco (el Abuelo Carver) y Juanjo (Ratón). Gracias a ellos tres, volvíamos a disponer de esos apreciados sobres que contienen 2 forfaits de 6 días para ir a conocer algunas estaciones alpinas.
Pues bien, a la que llegó el momento del sorteo, uno de los agraciados fue Jota, integrante de los ya conocidos SkiPowderLovers.

Le tocaron los forfaits de Engelberg, un paraíso del freeride en el corazón de Suiza. Ni hecho adrede, como el nombre del grupo indica, ellos son amantes del polvo y del fuera pistas, el destino parecía hecho a medida.
Son una grupeta majísima que siempre van a una cuales famosos mosqueteros, así que Jota les dijo que si no podían ir todos, no aprovecharía ese magnífico regalo.
Dicho y hecho, poco tardaron a manifestarse diciendo que les encantaría acompañarle, pero que por culpa de las obligaciones laborales y familiares, no podían ir toda una semana, así que quedaron en ir 4 días.
Se pusieron en contacto con Nacho Campos de Alpeski, para que les gestionara el alojamiento y el alquiler del coche, y como buen profesional, lo tuvieron todo atado en un plis plas.
Yo hace justo un año que les conozco, pero se ha entablado una muy bonita amistad, más que amistad, diría que son una parte más de la familia, ya sabéis, lo que une el esquí...
Me dijeron que les encantaría que les acompañara, pero los días elegidos para la aventura tenía compromisos familiares de la Santa que no podía eludir, aparte de esto, el presupuesto de la temporada de esquí estaba finiquitado.
Pero unos días antes, justo cuándo estaba en Andorra para la celebración del Freeride World Tour, Txell me dio un sorpresón diciéndome que en varios días, me iba también a Engelberg con los SkiPowderLovers. Menudo regalo!!! Millones de gracias Txell!!!
Así pues, me pusieron el el grupo de whatsapp de la aventura y me empezaron a contar todos los detalles, en especial que ya tenían todo atado gracias al buen hacer de Nacho Campos.
Ya os podéis imaginar el humo que sacaba el teléfono los días previos, que si está nevando, que si menudo paquetón vamos a tener, que si una ruta freeride por aquí, otra ruta freeride por allá, que si en Nevasport sale la noticia que nuestro destino es la estación de esquí con más nieve del mundo... Bueno bueno, nervios e ilusión a raudales.
Incluso me puse en contacto con Víctor Riverola, editor del blog Discovery Snow (no os lo perdáis), gran conocedor de los Alpes Suizos, para que nos diera algunos consejos de los fuera-pistas que no debíamos perdernos, y que muy amablemente nos ayudó.
Llega el momento de la verdad, el día del viaje, y nos encontramos todos en el aeropuerto con destino a Zurich, abrazos y sonrisas cómplices por doquier.

Hasta el sol en el avión nos iluminaba, parecía que empezábamos bien...
Tras algo más de 1 hora de vuelo, llegamos a Zurich y nos dirigimos hacia la zona de alquileres, dónde ya teníamos la reserva de una Opel Vivaro para cargar todos los bártulos.

La elección había sido buena, furgoneta con muy buena capacidad de carga.

A la furgoneta sólo le faltan las rayas rojas para parecernos al Equipo A, jajaja.
Salimos del aeropuerto directos al supermercado, a comprar provisiones al menos para la cena y el desayuno del próximo día.
Llegamos de noche al que sería nuestro hogar los siguientes días, desde fuera todo tenía muy buena pinta, pero se veía más bien poco.
Entramos y la casa era my cuca, toda de madera y moqueta, vamos, típica de los Alpes. 3 habitaciones grandes, 2 baños, cocina, trastero y garaje.
Descargamos todo, cenamos, unas risas y a dormir, que al día siguiente empezaba la aventura de verdad.
Costó un poco dormir, ya sabéis, los nervios de estar en una de las mecas freeride a nivel mundial...
Nos levantamos y observamos esto a nuestro alrededor.


Sin más dilación nos dirigimos a la estación de esquí, en apenas 3 minutos nos plantábamos en el párquing.
Nos ponemos las botas y preparamos los equipos de seguridad, comprobamos los DVA y las mochilas con la pala y la sonda y vamos a taquillas a recoger los forfaits que Nacho ya nos había gestionado.


Todos tenemos los nervios a flor de piel y aunque ellos ya habían estado catando el powder japonés, un servidor, como muchos de vosotros, había esquiado casi sólo en pistas justas de nieve, así que estar en la estación de esquí con más nieve del planeta, nos hacía estar ansiosos a todos.
Subimos al primer huevo (Titlis Xpress-Trübsee) con la base a 1000m y con la nieve justa, para plantarnos en un momento a la cota 2400, si si, 1400m de desnivel en un santiamén, y lo que ven nuestros ojos mientras ganamos altura no tiene nombre.


Al llegar arriba las vistas son embriagadoras, un pastel de nieve por doquier y, decidimos que el primer descenso será por pista parta calentar, pero más allá de nuestro asombro nos damos cuenta que para calentar no hay nada!!!
Solamente hay pistas rojas y negras, y las rojas son muuuuy moradas oscuras. Pero a parte de este dato, es que de pistas casi no hay, es todo fuera pista!!
Así que muy a nuestro pesar, jajaja, nos lanzamos cuesta abajo mezclando algo de pista con nieve virgen, para llegar a un telesilla que nos volverá a subir al mismo punto y volver a repetir la bajada, pero esta vez llegaremos a 1800m, dónde cogemos un lento pero corto telesilla que cruza un lago y nos lleva a la base de la zona del Jochpass.

A partir de ahí, subimos a la cota alta de la zona, el Jochstock y dimos rienda suelta a nuestro lado más salvaje...


En las fotos vemos un empinado corredor de la zona y al fotógrafo oficial Fernando, cazado sacando la cámara para inmortalizar la belleza del paisaje.


La zona derecha del Jochstoch es un auténtico campo de juegos para adultos, hectáreas y más hectáreas de nieve polvo para hacer las delicias de todos los amantes del fuera pistas, y dónde complicarte la vida buscando descensos que quitan el hipo es bastante fácil.


Al llegar abajo, para volver al Jochpass, cogemos un antiguo telesilla de lo más curioso a la vez que bonito.




Llega el momento del mediodía y estamos los cinco con las piernas bastante cansadas, así que decidimos parar a hidratarnos a base de distintos zumos y a comer algún tipo de salchicha típica de la zona.

A la que terminamos de comer, nos dimos cuenta que nuestras piernas merecían un descanso ya que teníamos más días por delante, así que decidimos dar por terminada la jornada y volver para la bonita casita a descansar.
C O N T I N U A R Á...
Aquí tenéis la segunda parte del reportaje.