La historia de cada año, llega el mes de mayo y los que estamos enganchados al deporte blanco, entramos en una especie de depresión que a la vez tiene sus dosis de euforia.
Depresión, porque ese momento en el que sacamos la bota de la fijación supone que durante 6 meses no vamos a poder esquiar en nuestra estación de esquí.
Euforia porque los deberes están hechos, hemos esquiado todo el invierno rodeados de nuestros compis de bajadas, hace buen tiempo, no nos hemos lesionado... y que "cojones!", Ese momento en el que te quitas los esquís y abrazas a tus amigos celebrando el final de la temporada es una victoria, lo miremos por donde lo miremos.
Llegas a tu casa y bueno, estás contento recordando los momentos del invierno, el día que fuiste a tal estación, el día que tu amigo se dio una tortazo de campeonato, la nevada de la temporada, los powderdays, las tardes de cervecitas… ¿Y cuando esas cervecitas se van de las manos y acabas llegando a la tantas haciendo peligrar el día de esquí del día siguiente? Invierno, que bonito eres...
En el bikepark de La Molina en verano de 2018. Momentos para el descanso. (Foto: Ivan Sanz).
Esa semana la pasas bien, pero cuando llega el fin de semana y ah, ya no puedes esquiar. Entonces empezamos una lucha interna que consiste en olvidarse de lo pasado. Olvidarse de que tenemos esas ganas tremendas de calzarnos nuestras tablas en los pies, y en ese momento es cuando empezamos a buscar sustitutos.
Y los hay, y los hay de muchos tipos.
Sustitutos de verano al esquí
Algunos directamente se tiran a la mala vida, vivimos en un país con algunas de las mejores playas del mundo, así que quizás optan por playita, mojitos, gin-tonics, etc. Otros se tiran a algún deporte acuático; wake, vela, pádel sub, kayak ,etc. Podríamos seguir con el golf, equitación, correr, senderismo, tenis, etc.
Y luego está aquel en que todos estamos empapados de leer en todas partes que está relacionado con el mundo de la nieve:
La bici
La bici es posiblemente para la mayoría, el sustituto número uno. Preferiblemente la BTT; se supone que la usamos en la montaña, es divertida y tienes que estar mirando al frente pensando hacia qué lado vas a girar y como. Algo parecido al esquí. Aparte de los beneficios físicos que nos aporta para llegar a la temporada en buenas condiciones.
Pero en mi caso, el año pasado hice unos cuantos días de descenso (DH), y bueno, las sensaciones fueron muy, pero que muy, muy, buenas.
En el bikepark de La Molina, o cambiando los esquís por las dos ruedas (Foto: Ivan Sanz).
Y este año lo tenía claro, así que antes de empezar la temporada de bikepark (curiosamente aún no había terminado la temporada de esquí), me puse a mirar que bici me podría escoger, a mirarme gafas para el casco, pantalones, camiseta, peto, protecciones, FF de temporada… ¿Os suena verdad?
Esta temporada para mí está siendo la confirmación, así que oficialmente he encontrado sustituto al esquí. Generalmente el DH se practica en una estación de esquí (aunque los hay fuera de ellas), pero cambiamos el blanco por el verde, el powder por el barro y el casco de esquí por uno integral.
Pero las similitudes son que, nos subimos a un remonte mecánico sea telesilla o telecabina, nos disfrazamos para practicarlo, hay pistas con colores de dificultad, tenemos que estar concentrados durante la bajada, la mirada siempre al frente, una vez nos soltamos nos da la sensación de libertad, es divertido, la postal del paisaje sigue siendo igual de preciosa, nos hace sentir la adrenalina y nos hace olvidar de nuestros problemas. Podría seguir con un largo etc, pero no acabaría.
La práctica del descenso en el verano de la alta montaña siempre es garantía de bellos paisajes y temperaturas agradables (Foto: Ivan Sanz).
A mí el DH (Descenso) me ha enamorado, y sé que para mucha gente parece peligroso y muy arriesgado, pero como todos los deportes de riesgo (el esquí es uno de ellos), cada uno tiene que ser lo suficientemente inteligente para conocer sus límites. Y para algo están los monitores o profesores, para algo están los circuitos de principiantes y para algo sirven las protecciones.
De buenas a primeras os va a parecer caro, alquilar las bicis y las protecciones no es nada económico, aunque el FF sí que lo es, pero es una actividad que hay que probar y si os enamora como a mí, hay muchas maneras de poder practicarlo a un precio más asequible rebuscando por el mercado de segunda mano.
También hay que tener en cuenta que las bicis de hoy en día no son como las de hace 10 años, y con una buena bici de enduro se puede ir a un bikepark sin la necesidad de tener una bici específica de descenso (DH).
Así que ya sabéis, si os animáis, os animo a disfrutar de las bajadas entre árboles, de los peraltes, de los saltos y, sobretodo, de conocer vuestros límites. Eso sí, sin olvidar que nuestra prioridad es deslizarse por lo blanco.
Miguel Soto @sotors2