Oriundo de Burdeos, Olivier Ramadour es el máximo responsable del Consulado de Francia en Barcelona, cubriendo el área de influencia de Catalunya, Aragón y Baleares. Tras dejar su huella en América Latina (Chile y Perú) y África (Gabón), su último cargo fuera fue en Turquía, llegando a Barcelona en plena pandemia. Rápidamente creó estrechos vínculos con nuestra ciudad y nuestra tierra, fortaleciendo los lazos de unión entre dos países vecinos que se retroalimentan de un modo único, formando un binomio cultural, social, económico y deportivo muy importante. Ha sido un honor y un verdadero placer poder compartir parte de una hermosa mañana de primavera con el Cónsul General de Francia en Barcelona, descubriendo detalles y anécdotas muy interesantes.
¿En que momento se encuentran las relaciones bilaterales entre Francia y España? centrándonos a nivel comercial y a nivel de turismo.
Se encuentran en un momento fantástico, sobre todo después de la cumbre que tuvo lugar en Barcelona el pasado 19 de enero, donde se firmó un nuevo tratado o acuerdo de amistad entre Francia y España. Estamos en un nivel altísimo a nivel de relación de confianza, trabajando en colaboración para ayudar a la construcción de nuestros países y a la construcción europea, que era la meta de este acuerdo. Actualmente Catalunya es la comunidad autónoma con la que Francia mantiene un nivel comercial más alto (intercambios comerciales) y también a nivel de educación y promoción de la lengua francesa dentro de toda España. El comercio exterior de Catalunya para con Francia representa el 26% de las relaciones entre Francia y España, siendo un buen porcentaje, así que estamos muy satisfechos con la situación actual. Siguen llegando muchos franceses a España, tanto turistas como residentes. España es un país muy agradable que gusta mucho a los franceses, es un país muy amigable, con muchas oportunidades de desarrollo personal y profesional.
¿Tenemos cifras de visitantes?
Entre 2021 y 2022 se ha incrementado el número de franceses que visitan España, pasando de los seis a los diez millones (va in crescendo actualmente). Son datos que hablan muy bien de España, de su oferta turística y del apego que sentimos por la cultura, la gastronomía, la montaña y las playas, sin olvidar los museos, la oferta cultural en general y los grandes festivales…La oferta cultural española es muy completa. El número de españoles que visitan Francia actualmente se encuentra en la línea de los seis millones. También ha aumentado el número de franceses que fijan su residencia en España.
Francia sigue siendo uno de nuestros destinos favoritos…
Si, y los datos lo demuestran. Seis millones de españoles al año es una gran cifra. A nivel de ejemplo, puedo decir que antes de estar destinado en Barcelona, yo trabajaba en Burdeos como director de relaciones internacionales de la ciudad y si, se notaba mucho la presencia de españoles. Cada fin de semana, cada puente, había muchos españoles disfrutando de la ciudad. Actualmente pasa lo mismo en muchas ciudades francesas, que atraen a los españoles por diversos motivos, principalmente el cultural y de ocio.
¿Cuál es destino de Francia más visitador por los españoles?
Occitania es la región que recibe más españoles, destacando las ciudades de Toulouse y Carcassonne.
¿Y cuales los son destinos más visitados en Francia, a nivel general?
Por órden serían Disneyland Paris, el Louvre, Versailles y la Tour Eiffel. Todo en Paris.
Nantes es otra de las ciudades preferidas por los españoles, pero ya que estamos, hablemos un poco de Burdeos, una ciudad preciosa que se ha reinventado a la perfección
Durante los últimos veinte años, Burdeos ha pasado por un momento de transformación urbanística muy importante, viviendo una gran revolución del transporte público, con la creación de la Cité du Vin (134 Quai de Bacalan) y la recuperación de las magníficas riberas del río Garona. Los cambios han revelado lo que realmente es la ciudad, una joya neoclásica del siglo XVIII que representa el ideal del neoclasicismo francés de la misma época que Versalles. En Burdeos podemos descubrir la grandeza francesa de antaño, con el centro de la ciudad que representa el racionalismo y las fachadas del mismo estilo. En Burdeos tenemos un conjunto arquitectónico que marcó una época muy especial, es fabuloso.
Actualmente, ¿los franceses prefieren los destinos de montaña en España o mejor prefieren la playa?
Creo que ambos destinos son muy apreciados y de algún modo se complementan. A nivel de playas las islas Baleares siguen siendo un destino muy valorado, pero recientemente hemos notado un aumento de visitantes en Aragón, donde el senderismo y el descenso de barrancos está en auge. En Catalunya también se está registrando un aumento a nivel de turismo en zonas de montaña, son datos muy significativos. Creo que actualmente estamos descubriendo un nuevo tipo de turismo que hasta ahora no tenía mucha fuerza, pero que desde hace un tiempo está creciendo de forma exponencial: el turismo deportivo. Más allá de la playa y la montaña, España es un destino ideal para ciclistas, algo que en Francia conocemos muy bien. Es un nuevo nicho en el cual Francia encaja muy bien.
Francia tiene muchos activos relacionados con el ciclismo.
Francia y España se han convertido en nuevos destinos a nivel deportivo, es algo que tenemos que destacar y potenciar, así como el turismo cultural. A los franceses nos gusta la cultura, los museos, ir a conciertos, descubrir pueblecillos escondidos, iglesias románicas, y por fortuna, ambos países tienen una oferta sensacional. La gastronomía forma parte de la idiosincrasia de un país, a nivel cultural, es muy interesante descubrir la diversidad de destinos que podemos encontrar dentro de un mismo viaje, siendo este uno de los valores o activos más apreciados por los franceses que visitan España.
En Córcega por ejemplo, este verano una parte de la campaña de marqueting turístico se ha centrado en el cicloturismo.
Es buen ejemplo de como podemos descubrir un destino precioso practicando un deporte muy saludable, ya sea en la montaña o cerca del mar.
Del mar pasamos a la montaña. Es usted un gran amante de la nieve, esquiador y montañero. Si analizamos porcentajes, ¿hasta que punto el esquí sigue siendo uno de los grandes protagonistas del turismo y el deporte en Francia?
El esquí forma parte de Francia a nivel cultural, social y deportivo desde hace mucho tiempo. Tenemos 245 estaciones de esquí, situadas en la mayoría de zonas de montaña del país. Tenemos muchas montañas, pero algunas con alturas no muy altas, lo que nos obliga a prepararnos para los posibles efectos del calentamiento global que estamos viviendo. Una de las soluciones que estamos aplicando es diversificar su oferta, trabajar para que las estaciones de esquí pueden abrir todo el año ofreciendo actividades alternativas al esquí. Francia es el tercer país del mundo a nivel de turismo de nieve, tras los Estados Unidos y Austria. En la actualidad, el turismo de nieve representa el 15% de la actividad turística, lo que es mucho. Hay una gran tradición y es importante mantenerla viva.
Tengo entendido que usted comenzó a esquiar cuando era un chiquillo…
Así es. Yo tenía 6 años cuando empecé a esquiar, fue en la estación de Font Romeu-Pyrénnés 2000. Primero me inicié en el esquí nórdico y luego pasé al esquí alpino o de pista a los 10 años, cuando ya podíamos ser un poco más autónomos. Empecé a esquiar con mi hermana mayor, que ahora es profesora de esquí en los Pirineos. El esquí es algo que llevo muy dentro de mi, me gustaría mucho volver a esquiar por las pistas que me vieron crecer.
De Burdeos a Font Romeu…
He vivido unos 20 años en Burdeos, pero por razones de salud, llegó un momento en el que empezamos a pasar mucho tiempo en el Pirineo Oriental. Mi hermana sufría de asma y el médico le recomendó que pasar el máximo tiempo posible en Font Romeu. Cada verano y cada invierno lo pasábamos en Font Romeu, convirtiéndose en parte de mi vida.
El departamento de prensa de Altiservice ha publicado que han cerrado la segunda mejor temporada de su historia. Según los últimos datos, St. Lary y Font Romeu-Pyrénées 2000 funcionan muy bien y dentro del Pirineo Oriental, Les Angles también está subiendo. ¿Cree que el Pirineo seduce ahora más que antaño?
Es una realidad que toda Francia está seduciendo a los esquiadores españoles. Cada vez hay más españoles que cruzan la frontera para esquiar en Francia, destacando los aragoneses y los catalanes. La subida del Pirineo es motivo de orgullo (Font Romeu supera los 500.000 días de esquí) y en general, debo decir que en Francia estamos haciendo muy bien nuestro trabajo. Creo que estamos promocionando correctamente, estamos llegando al esquiador, al viajero, al turista, estamos contando con el apoyo de grandes profesionales y actualmente hemos logrado algo muy importante: estamos alineando o posicionando en un mismo nivel muy alto la gastronomía, los remontes, la oferta hotelera y las pistas de esquí. Lo más importante es poder ofrecer una experiencia global para quienes nos visitan y Francia tiene el potencial para poder ofrecer dicha experiencia.
El paisaje ayuda…
Es algo que nos define como destino. Si que es cierto que tenemos estaciones de esquí que se han creado a partir de la nada, pero muchas forman parte de pueblecitos de montaña preciosos.
Val d´Isere, Chamonix, Morzine, Megeve, St. Lary, Les Angles… Francia ha vivido la evolución del turismo de montaña de un modo especial, siguiendo la línea de Suiza o Austria. Los pastores se convirtieron en guías, en hosteleros.
Tenemos muchos pueblos históricos a partir de los cuales se ha desarrollado el esquí como alternativa económica, no son estaciones frías, son auténticos pueblos con su vida, sus tradiciones, sus costumbres y sus gentes. Es algo que eché de menos en Chile, donde he vivido. Chile tiene centros de esquí muy bonitos, con buenas vistas a los Andes, con cotas muy altas, buenas pistas, pero sin pueblos y tradiciones. Por fortuna, tanto en los Alpes como en los Pirineos, tenemos estaciones que ofrecen artesanía, tradiciones, spas, buenos restaurantes…y en verano, caminos, senderos, BTT…
¿Cuál es el secreto para vender tradición y modernidad de un modo único?.
Lo rural puede ser moderno. Las tradiciones, el respeto por los valores y la cultura rural forma parte de la idiosincrasia francesa. Mantenemos la confianza en nosotros mismos, en nuestra historia, cultura y diversidad. No debemos ver las tradiciones, el campo o el mundo rural en general como algo antiguo. En ocasiones pienso que se llega a ver de un modo despectivo y es un error. Estamos muy orgullosos de nuestras raíces agrícolas. No debemos olvidar que hace siglos éramos casi todos pastores o agricultores. Ahora estamos observando una vuelta al campo. Tenemos muchas familias que quieren reconectarse con el campo, con lo rural. Existe un movimiento social que avanza en esa dirección.
Las ferias de ganado y de artesania en el Pirineo son un buen ejemplo
Estamos promocionando la artesanía y las tradiciones como parte integrante de nuestra oferta turística y cultural. Apostamos por las tradiciones locales, por las denominaciones de origen, siendo pioneros a la hora de dar a conocer productos de proximidad. Estamos dando la oportunidad a quienes quieren quedarse en el campo, de poder iniciar una nueva vida lejos de las grandes ciudades.
Este tema me trae a la memoria varias películas, una de ellas “La Chica de Paris”, rodada en el Vercors o Le Temps des Secrets. Ustedes tienen un género cinematográfico maravilloso, el “costumbrista” o “rural”, con historias preciosas, la mayoría reales.
Por cierto, acabamos de tener a Omar Sy y François Ozon…en el festival de cine de Barcelona. La importancia del cine francés a la hora de promocionar el país a nivel cultural es vital, es una de nuestras grandes bazas. Partimos de una base histórica muy potente y es que el cine se inventó en Francia…y aunque estemos pasando por un momento de crisis, como en medio mundo, el cine en Francia tiene una gran tradición desde sus inicios hasta el presente, pasando por la “nouvelle vage” y el cine costumbrista o de trasfondo social. El cine está muy arraigado en Francia a nivel cultural, forma parte de nuestras vidas y, al igual que el campo, refleja nuestra forma de ser y de vivir. A través del cine podemos mostrar con orgullo nuestra diversidad de paisajes, diferentes formas de ver la vida, costumbres y tradiciones, contando con el apoyo del público. Es una forma muy interesante de promocionar Francia.
¿De cada entrada que se vende en un cine se destina una parte a seguir creando cine?
Hay una parte de la entrada que vuelve y permite financiar películas francesas y crear avances. En Francia el cine se retroalimenta y eso nos funciona muy bien.
Ya podríamos importar la idea…
Estamos en contacto con el Ministerio de Cultura en España tramitando una ley de mecenazgo. También tenemos el cheque cultural para la juventud que estamos discutiendo con el Ministerio y varias prácticas en Francia. Existe un acuerdo entre el Liceo de Barcelona y la Opera de París a nivel de colaboración y el 10 de junio se estrenará El Castillo de barba azul, de Bela Bartok, en París con la Orquesta del Liceo como invitada.
Los intercambios culturales siempre ayudan a nivel turístico.
Por supuesto. Estamos realizando intercambios culturales muy interesantes y con Catalunya en particular en el Museo Picasso, con la exposición dedicada a Daniel-Henry Kahnweiler el marchante de arte que acompañó el nacimiento del arte contemporáneo y el cubismo en particular. También colaboramos con la Fundación Miró y el Centro Pompidou, realizamos exposiciones de fotografías en el Caixa Forum, fotografías muy innovadoras procedentes del Centro Pompidou… Hay un flujo cultural que no para, es un intercambio bilateral que queremos que resulte muy interesante para ambos públicos. Nos alegra comprobar que la cultura española gusta mucho en Francia, y que en Francia, todo lo español también resulta muy atractivo.
Hablemos un poco de los JJOO de Paris, 2024. Unos Juegos que por lo que parece, serán espectaculares, toda una revolución…
Paris tiene un gran desafío por delante, actualmente es nuestra gran ambición. Queremos que los JJOO se conviertan en una gran fiesta popular, involucrando a toda la ciudad. La ceremonia de apertura en el rio Sena, fuera del estadio olímpico, será impresionante. Es un concepto muy innovador, por primera vez se realizará una ceremonia de inauguración fuera de un estadio, contando con las márgenes del río Sena como escenario, por donde transcurrirá toda la ceremonia. Los deportes urbanos en la Pl de la Concorde, la equitación en Versailles…sin lugar a dudas nos ofrecerán imágenes extraordinarias. Queremos que sean unos JJOO sostenibles y populares. Estamos poniendo toda nuestra energía y nuestro savoir faire. Vamos a realizar una gran promoción y organizaremos varios eventos en Barcelona. Será un desafío lleno de innovación. A nivel de seguridad también será un desafío, pues será un momento de fragilidada que deberemos controlar, pero el principal objetivo es que sean unos JJOO populares y sostenibles.
¿Cómo se prepara Francia para afrontar los retos del calentamiento global?
Estamos trabajando en una línea adaptativa, tenemos que adaptarnos al cambio climático en el ámbito euro-regional. El montañismo, el ciclismo, el barranquismo (cañones) son actividades que no contaminan y que pueden ayudar a paliar los efectos de una temporada de esquí con poca nieve. Un telesilla lo puedes utilizar en verano, alargando la vida de las estaciones…Más allá del esquí la adaptación de las estaciones para poder ofrecer alternativas lúdico-deportivas durante todo el año, también estamos trabajando en los puertos de Occitania, Catalunya y Baleares para acompañar a la transición ecológica de los puertos. Nos estamos enfocándo en la instalación de placas solares, reducir la contaminación apostando por energías renovables.
Para terminar, me gustaría preguntarle por los hábitos de los viajeros tras la pandemia, ya sea a nivel de esquí y en general. ¿Han notado algún cambio a nivel de planificación?
Actualmente viajan menos tiempo o vienen menos tiempo a un destino, pero gastan más dinero. Lo sabemos gracias a las cifras macroeconómicas que manejamos. España también quiere mejorar la oferta turística, incrementando el gasto. Francia está respondiendo muy bien, aunque es cierto que en general, nos estamos apretando el cinturón. La gente quiere pasarlo bien y si no hay tantos recursos, intentan pasar el tiempo de ocio lo más intensamente posible.
