4-1-2011 Sierra de Béjar. En bandeja de plata
Me han dicho que tardaré unos 40 minutos en llegar desde el hostal hasta la estación. Hago el trayecto en veinticinco.
Llego a Béjar mientras hablo con el conductor. Para llegar a la estación de esquí tengo que coger un transporte que va a Barco de Ávila y que sale al cabo de una hora aproximadamente.
No sé por qué, pero decido coger un cartón y escribir La Covatilla, en letras mayúsculas con un esquiador dibujado y ponerme frente a la estación de autobuses a hacer dedo.
Van pasando coches sin hacerme mucho caso hasta que se detiene ante mi uno de la policía local, que me preguntan, preocupados por el frío que hace y que yo no noto.
Me acaban llevando hasta la salida del pueblo, gesto que me deja alucinado, pues es la primera vez que me pasa esto.
Les digo adiós como un niño pequeño, saludando enérgicamente con la mano. Y me vuelvo a poner a hacer dedo.
Pasa poco rato, porque Javi se detiene y me carga.
Llegados a la estación voy a ver a Alberto, con quien había contactado. Me había llamado ayer, pero yo estaba perdido entre sueños que no recuerdo.
No tengo más que palabras de agradecimiento hacia la actitud de él y de su equipo. Llama al director, que baja a saludarme y a interesarse por la empresa que estoy llevando a cabo. Quedamos para más tarde y Alberto se encarga de buscar a alguien con quien pueda conocer La Covatilla. A pesar de la niebla y el mal tiempo que hace, no ponen ningún tipo de impedimento para que pueda hacer mi trabajo.
Es Charli, uno de los pisteros, con quien esquío y quien me cuenta las singularidades y la historia de esta joven estación, además de los problemas que se encontraron, se encuentran y lamentablemente se encontrarán, para sacar adelante el proyecto de ser la única estación de esquí en una zona rectangular que abarca desde Palencia hasta el sur y que acoge esquiadores de Extremadura, Castilla y Portugal.
Me sorprende la naturalidad de las pistas. Acostumbrado a ver redes de protección por todos lados, cañones que se alzan y todo tipo de material señalizador, La Covatilla destaca por no tener nada de eso. Unas girondas de madera que se integran perfectamente en el entorno se encargan de acumular la nieve en los lugares clave.
No acabo de entender tantos impedimentos cuando es de las estaciones de alpino más limpias que he visto hasta ahora, lo que me lleva a pensar que tengo que contactar con asociaciones ecologistas para conocer su punto de vista.
La estación dispone, aparte de un pequeño telesquí y una cinta para la zona de debutantes, de una silla de cuatro plazas de pinza fija y de un telesquí. Y con esto ... dan salida a infinidad de pistas, con casi 27 kilómetros esquiables, lo que demuestra que no hacen falta grandes instalaciones para aprovechar el espacio. Este pensamiento les transmito, tanto a Charli como al resto de personal con el que me voy encontrando.
Charli me tiene que dejar una vez me ha enseñado la estación y yo aprovecho para entrar en la escuela bejarano de esquí y preguntar por el tema discapacitados. Su director me da todo tipo de detalles que voy reteniendo y que me permiten hacerme una idea de las situaciones en las que se pueden encontrar, tanto ellos como los clientes.
Coincido con el cámara de Canal Extremadura Televisión, a quien le digo quién soy, qué estoy haciendo y si quieren hacerme una pequeña entrevista, si les va bien. Me dice que si, que ningún problema, y que cuando venga el presentador se lo comentará.
Me voy a buscar al sr. White, el director de la estación, para saber cómo quedamos, pero no lo encuentro por ningún lado.
Con los chicos de la televisión de Extremadura preparamos la entrevista. Es la primera vez que tengo una cámara y un micro delante. Paso nervios que espero que no se noten, pero describo bien el proyecto.
Encuentro al sr. White, pero no podemos comer juntos, pues tiene una reunión de trabajo.
Cuando termina nos encontramos y me lleva a su despacho, una sala donde están dispuestas piedras y rocas de las más variadas formas y colores. La pasión que le despiertan los minerales es muy grande y tiene la gran suerte de estar en una zona, que además conoce muy bien, donde abundan los cristales de cuarzo, los granitos y otros. Las plantas son otra de sus pasiones, aparte de ser necesario su conocimiento para poder volver a la montaña parte de su aspecto original, con la replantación de las diferentes especies que se han dañado en el proceso de construcción de las pistas .
Me despido de él y del resto de gente que me ha recibido con los brazos abiertos en esta estación.
Atravieso el parking donde me pongo a hacer dedo, medio escondido en la niebla. Se detiene otro Javi, que me lleva hasta Béjar.
Allí busco el Casino Obrero, el local donde la Fundación Premysa lleva a cabo el mercadillo de Reyes. No podemos hacer gran cosa porque están ocupados y acabo marchándome.
Debo esperar hora y media a que llegue el autobús que me llevará a Salamanca.
Llego al hostal y me voy a la ducha.
Cada vez adelanto más trabajo, pero no es suficiente. Las peculiaridades del viaje y la manera como lo he tenido que llevar a cabo finalmente no me permiten trabajar como quisiera, o sea que me tengo que adaptar a lo que tengo