Pero la magia es también celebrar el inicio de temporada (y no solo ahorrarse unos cuantos pesos). Esta Marcha Blanca fue bastante deslucida si la comparamos con la fiesta que se ha vivido en ocasiones anteriores.
9:15, este es el estado que presentaban las boleterías, cuando otros años (recordemos que siempre hay que pagar el seguro médico, este año $100) en esta terraza no cabía una persona más.
Las inmediaciones presentaban idéntico panorama.
Ya subiendo a pistas, la situación era idéntica
Conta 3400. Al menos parecía ser que ese día el viento habitualmente omnipresente no haría de las suyas
Infaltable los días de Marcha Blanca: aprendices queriéndose probar el traje de esquiador consumado.
Hace apenas 12 días la nieve nueva, en cantidad y calidad, hacía preveer semanas memorables para la práctica del esquí y snowboard. Pero varios días de altas temperaturas causaron estragos.
Con el correr de la mañana las pistas empezaron a poblarse, pero nunca con el brillo de otras ocasiones
La alfombra para niños, desierta.
La larga pista verde Venus mantenía buena cantidad de nieve.
Ya Neptuno dejaba ver las consecuencias del calor
La garganta Marte, compactada naturalmente.
Algún aventurero se animaba a los famosos fuera de pistas, en este caso luego de una larga travesía desde el último medio de elevación.
Así transcurrió el día, entre el hielo de la mañana y la "sopa" que lo cubrió todo (incluso las pistas superiores) sobre medio día.
Cuando llegó la hora de partir, un paseo por las inmediaciones de la zona de edificios para alojar al personal del complejo, nos devolvió a la nostalgia aquel viejo medio de elevación (bah, viejo como todos, se instaló con la construcción del centro de esquí) que disfrutábamos a la vez que sufríamos hasta hace unos años:
Cuando fue reemplazada por la actual Doppelmayr Cuádruple, se corrió la voz de que se reistalaría en una nueva zona de pistas: Sueño que, por ahora, es sólo eso.