Cuando hablamos de que el nivel medio de los profesores ha bajado, nos referimos a que están menos preparados? Creemos que no tienen los conocimientos necesarios para dar clases? o quizá consideramos que no son suficientemente buenos esquiadores para enseñar? Muchas veces me da la impresión de que la ‘queja’ popular se refiere más al nivel de esquí que a los conocimientos y creo que esto es un error…
Como punto de partida para mi reflexión, debo decir que la mayor parte del trabajo de un profesor de esquí es enseñar a personas ‘debutantes’ (que nunca han esquiado) o a esquiadores de nivel bajo o medio que no dominan aún las curvas en paralelo. El porcentaje de clases de esquí dedicadas al perfeccionamiento del esquí en paralelo es ínfimo.
Entonces teniendo en cuenta esto, ¿es necesario ser un gran esquiador para ser un buen profesional? ¿O quizá para enseñar a un debutante es más importante que el profesor sea bueno metodológicamente y sea capaz de demostrar correctamente los ejercicios necesarios?
Estoy de acuerdo que hay unos ‘mínimos’ que si se deben cumplir para otorgar una titulación de profesor de esquí a alguien, pero tampoco olvidemos que existen 3 niveles formación (cada uno preparado para dar clases hasta cierto nivel), y es lógico que el nivel de esquí requerido para aprobar cada uno de los niveles sea cada vez un poco más alto. Pensad entonces que el ‘mínimo’ nivel de esquí requerido para un nivel 1 no puede (ni debe) ser altísimo porque desalentaremos a los aspirantes y generaremos un desequilibrio enorme entre el tipo de demanda que existe y la oferta que se propone.
Si vemos las clases de esquí como lo que son, un producto a la venta, la demanda es la que dirige el mercado. Si la aplastante mayoría de las clases demandadas son de nivel bajo lo que se necesitan son profesores que sepan enseñar, que conozcan la metodología y sean capaces de transmitir sus conocimientos y su pasión a los alumnos y, esto, la verdad es que no tiene mucho que ver con su nivel de esquí.
Pero ahora algunos estarán pensando, y que pasa con esa minoría de clases de nivel medio-alto? Quien podrá enseñar a ese porcentaje de esquiadores? Volvamos a pensar en ello, creéis que los entrenadores de competición de alto nivel esquían mejor que sus alumnos/corredores? La verdad es que raramente sucede, y esto se debe a que incluso en niveles de esquí altos, un buen profesor o entrenador no tiene porque ser un grandísimo esquiador. Más bien necesita un ojo bien afinado y un conocimiento profundo de la técnica y la metodología. Entonces ¿por qué debería ser diferente en una escuela de esquí? ¿Por qué seguimos midiendo y clasificando a los profesores en función de su nivel de esquí?
Pero bueno, muy a mi pesar, volvamos a la pregunta inicial: realmente ha bajado el nivel de esquí de los profesores? No será que los esquiadores hoy en día tienen un nivel más alto que hace años (cuando era mucho más difícil aprender a esquiar)? No será que ahora tenemos más acceso a formación y material (vídeos, libros, etc.) y por tanto el esquiador recreacional está más preparado y es más exigente que antes? Este discurso surgió la semana pasada a raíz de un artículo de Carolo y creo que es acertado comentarlo. Seguramente el esquiador medio hoy en día está más preparado, es más exigente y tiende a comparar a los profesores que ve en su estación con los vídeos que puede encontrar en la red (Nevasport, Youtube o similar), lo cual, si bien es siempre lícito, quizá es un poco injusto ¿no creéis? A cualquiera de nosotros nos sacan los colores si nos comparan con Richard Berger…
En resumen y para acabar, creo que un buen profesor de esquí debe tener muchas aptitudes, debe ser un apasionado del esquí, debe ser un buen conocedor de la técnica y la metodología de la enseñanza del esquí, debe ser responsable, debe ser amable y paciente pero quizá no hace falta que sea un excelente esquiador.
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Sam Suarez,
Técnico deportivo superior