Esta es una idea sencilla y por ello muy práctica. Pero si analizamos las características geométricas de los esquís y sus posibilidades mecánicas al ser utilizados por esquiadores con alto nivel de destreza, podríamos llegar a la conclusión de que algunos hacen tres curvas en una.
Esto es posible debido a que la espátula ( TIP ) y la cola (TAIL) de los esquís son más flexibles que el patín (WAIST). Por ello y por el movimiento anteroposterior del esquiador dentro de la curva se estaría esquiando con un radio más corto en la entrada a la curva, usando más la espátula del esquí, un radio más abierto el mitad de la curca y otro radio más cerrado en la salida de curva.
Esto tiene sus ventajas e inconvenientes. El principal inconveniente es la dificultad ya que esta acción desafía el equilibrio anteroposterior del esquiador y la exigencia sobre la condición física es mucho más alta e implica mayor riesgo; por esta razón para la mayoría de los esquiadores lo más recomendable es esquiar centrado y disfrutar del diseño del material actual que está diseñado para que funcione de la forma anteriormente descrita , de forma más o menos automática.
Las ventajas que tiene esquiar de esta forma, se obtienen sobre todo en la competición donde el objetivo es sortear los trazados a la máxima velocidad. Un arco de curva más cerrado aumenta la fuerza centrífuga lo que se podría usar para tener más apoyo en la entrada en curva y más impulso en la salida. El radio más abierto en mitad de la curva puede permitir estar más tiempo/ espacio en la Línea de Máxima Pendiente y así maximizar la aceleración y minimizar el rozamiento.
Para fundamentar esta reflexión voy a utilizar a el mejor esquiador de competición del momento y probablemente uno de los mejores de la historia.
Entrada a la LMP
Línea de Máxima Pendiente.
Salida de la LMP.
Aquí lo podeis observar en movimiento:
Nes
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