A ettas arturas shastaréis esperando er flasbás der día verdá? Pos nó, etta vé no se ma orvidao na, o puede que si, pero como no me acuerdo de que se masha orvidao na, pos no hay flasbás, empesamos sha direstamente a contá las asventura y desventura der quinto día desquí, y úrtimo questaríamos en Skiwelt polque par úrtimo día la emperatrí Carolines de los montes había organiso unascursión a otra estasión tíspica ustriaca en cuanto ar nombre, Kitzbuhel, que se pronunsia asín como un estornúo de gato.
Er jueve día uno de frebrero se levantó torsío. Er sielo ettaba cusbierto y con pinta amenasante. Er buen tiempo que noshabía acompañao paresía que toscaba a su fin y un nuevo megacopo aparesía ante nosotros.
Con la dustilidá próspia desttos viaje, er compañero dabitasión de la mega y la mega mimma pidieron asilo ar Juancar y ar Daví en er mimmo cuarto de los esquises, pa no tené cadentrarse solos en esa mañana asiaga y grí. Fuerson asestados en er minigrupo y salieron raudos a la fria cashe, en bucca der superguevo que shevaba a tó lo arto de la sona de Ellmau.
Una vé ashín, Juancar dijo que le apetesía bajá la roja que habíamo bajao la tarde anterió, questaba mú shula, pero que al terminá lo cabía era un telesquí kislométrico destrosapiennas. Como acabábamo dajuntarnos ar grupo la mega no protestó, polque las piennas ettaban resién desashunás y con fuersas, y ashín que nos fuimo, montaña abajo disfrutando dun día frio y gris pero con nievestupenda. Er telesquí no resurtó tan terrible a prismera hora como a úrtima de la tarde.
Asto seguío, como veíamo que er dia seguía shungo pero no empeoraba, desidimo aventuralno en la hoya de la muette y jasé un rescorrido un poco má largo der que habíamo pensao inisiarmente, sha que en vitta de cómo ettaba la cosa er plan inisiá era quedarnos serca por si la cosa se ponía fea. Pero como media hora despué de habé urdío er plan inisiá no sabía desencadenao er fin der mundo y los españole no somo musho de respetá los planes ni aunque sean nuettros, nos vinimo arriba y dijimo, qué coño, nos arriesgamo, y nos vamos a la hoya.
Dó vuertas despué miramo a nuettro arrededó y descubrimo que vorvíamo a ettá en er mimmo sitio, é disí, en lo arto de donde te deja er Hartkaiserbahn. Cómo podía sé etto, Juancar había perdío su mojo y sabía erstraviáo como cuarquié esquiatrís normá. Y de pronto losojos asuler der Juancar siluminaron con un destesho pavoroso y sin avisá y sin anestesia, sortó: Tacuerdas Daví que ashén salimos daquí direstos a Scheffau por un istisnerario? Mira, a la mega se le pusieron de punta tós los pelishos der cuelpo y le agujerearon er goreté de la shaqueta desquí. Un itisnerario, habían escushao sus inosentes oídos. Eso era argo asín comun presipisio balisao sheno de peligro y musha neige virgen donde hundirse y mushas dificurtade en las que pararse a shorá y a mardesí la hora en que se labría oscurrío carsarse unas botas desquí. Pararon pol su memoria las anguttias vivías en Ischgl cuando la mega, sin escushá las asvertensias, había seguío a la Blanca diresto a un proseloso barranco con un metro de nieve virgen y le costó una hora salín de ashín, o cuando er año pasao en Tiñes se metió en un istisnerario fuera pitta creshendo quera una pitta negra y terminó en una hondoná hatta la sintura metío en la nieve y pinshando con los palos pa encontrá los esquises, y cuando los encontró y pudo seguí shegó a una casrretera polque no había remonte y tuvo que jasé dedo pa volvé a la sivilisación... Mushos pavore y horrore venían a su cabesa y se quedó paralisao hatta quer Daví le metió un empujón y la desastrancó.
Er istinerario é ette, marcao con rashas discontínuas, que iba dedde abajo der tó de la roja presiosa, donde se coje er teleskí coñaso, y sheva a travé der bosque hatta los guevos de Sheffau. En er plano paresía un buen atajo pa salí daquesha sona, y poco a poco la mega entró en rasón y dijo, bueno, voy con tré más, malo será que me dejen tirao tós si me hostio.
Shegamo ar prinsipio der istinerario, que era comunabertura en erbosque, tenebrosa, y er Jose ar principio no quería musho meterse ashín, se ve que le rescordaba su anterió contasto con los árbole días atras. Pero finasmente tós entramo y empesamo a bajá. Er prinsipio era una caja de sorpresa. Ramas, tierra, piedra, troncos, má tierra, poca nieve, tó estresho... había sitios cabía que sartá pa no jodé los esquises contra un pedrolo. Pero en generá, era comuna pitta argo má sarvaje de lo normá, con arguna disficurtá añadía, y no había nieve blandengue ni peligros de muette. Una vé pasao er primé troso, la nieve mesjoró y se convirtió en un paseisho presioso pol mitá der bosque, pero sin tené quesquivá árbole ni ná, vamo, una pista asul o verde en toa resgla. Pos faya mierda istinerario, dijo la mega envalentoná una vé dentro. Ni barranco ni hondoná ni sarto de fe ni ná, y pa étto mensusiao shon los carsonsisho? Er caso é que ni ante la fasilidá asparente der caminisho la mega fué capá de sacá la cásmara, no se fuera a quedá atrá y surgieran disficurtades inesperás.
Como prosmetía er mapa, er bosque sabrió y aparesió er parking y los guevos de Scheffau trá dó kilósmetro de paseito relajao. Miratú qué guen atajo, paberlo sabío er primé día y atroshá por ashín pa quitarte denmedio toa la hoya de la muerte. Teníamo que descubrirlo ar finá, vasha panda.
Sha en er guevo, la mega relató ar Juancar y ar Daví la esistensia de la pitta de gravedá sero cabíamos descubrío er día anterió, y claro, la curiosidá jumana hiso er retto y a los sinco minuto ettábamo en la susodisha pitta, remando como cosaco. Ar subí la siguiente sisha, shá envalentonao, er Jose dijo, no hay guevos de ir a Soll. Y claro, un reto como ese é difísir de reshasá. Miramo ar sielo y no lo vimo sufisientemente negro, no se porqué, polque negro ettaba er cabrón, pero pudieron má las ganas daventuras que er miedo a la torsmenta. Asín que salimo de aquesha sona y empesamo a bajá la pitta que shevaba ar iglú.
Y jutto ashí aparesió er hutte másgico. Nuettros nombre empesaron a soná a nuettro arrederó, shamándonos con salemería mientra bajásbamo una pitta presiosa, y sin preguntarnos ná unos a otro, torsimo a la deresha ar finá de la pitta, sortamos los esquises y lo úsnico que nos preguntamo fue si la servesa la queríamos gross o klein.
Ashín sentaditos en la terrasa, que sha había que esharle való, empesamo a ve cómo er día se iba torsiendo cada vé má, pero sin shegá a adiviná la masnitú der drama que savesinaba.
La gente iba shegando en bandás a resfugiarse en la cafestería, que estaba vasía cuando shegamo pero poco a poco se shenó hatta los tope. Se ve que las esquiatrises barruntaban er peligro como las avutardas.
Los cuatro mosquetero terminamo er bebersio y sin jasé caso a las señales selestiales, seguimo nuestra ruta hasta er iglú, pasamo er iglú y seguimo camino hasia Soll.
Er drama comensá ar shegá a la sisha sincuentayuno, que é la mimma en la que er día de ante habíamo subío varias veses mientras las Pink Ladies apuraban sus servesas en er hutte darriba. Cómo puede cambiá la montaña dun momento a otro, pasando dun dia soleao y presioso a un infierno helado y sin vé un pimiento a dó metros. Er sielo se serró de gorpe y con un portaso y las nube questaban arriba hasta jasía un momento se descorgaron sobre nuettras cabesas y er viento empesó a bufá como si no jubiera un mañana. Er mundo se borró de gorpe y desaparesieron los árbole, las señales, los jutes y las personas, solo se veía blanco y sescushaba un ruido coñaso der viento, ques mu pesao. Fuuuu fiuuuuuuu fuiiiiiiiiii fiuuuuu, coño ya que poco originá, pa no desí ná interesante é mejó ettá en silensio.
Ante esa situasión inesperá y tesrrorífica, la mega pensó, hay que astuá con frialdá y sin perdé los nervio. Rescapitulemo, estoy a tomalpolculo, ar otro lao de la hoya de la muerte cai catravesá pa vorvé a casa. No se ve un pismiento y no me conosco las pittas. To ettá blanco, la nieve mestá jodiendo la cara a base dalfileraso. Me voy aperdé y me van a encontrá cuando shegue er deshielo... La tranquilidá le duró a la mega diesisiete segundo. Entró en barrena y de puro pavó se jiso un ovisho en el suelo y se puso a gritá y a shorá comunacolegiala y entre jipío y jipío pedía socorro y rosgaba a la madre naturalesa que le perdonara la vida y la shevara sana y sarva ar espá der hotel con albornó sha puetto y tó. Durante dó segundo er viento paró un poco y la visibilidá pasó de medio metro a tré metro y cuando la mega miró parriba ettaban er Jose, er Juancar y er Daví ashí ar lao mirándola comosistuviera loca. Se lesvantó mú disna jasiendo seña de que se labía metío argo en un ojo y empesó a bajá disendo “vamo vamo, que etto nosná, no sus perdái” Los otros tré se miraron con cara dincredulidá y empesaron a avansá, y er Juancar ráspidamente tomó su posisión de lísder naturá de la maná, y a la mega no le quedó má remedio que darle sapatisha pa no perdé la estela naranja de sus pantalones. Daba iguá lo cubiera por medio. Bañera, fuentes, rios o árbrole, había que seguí ar Juancar sin perderlo de vitta polque sino ashín que nos quedábamo a mersé de la tempestá. Meno má que er mushasho se dio cuenta de qué no podía í a dosientos por hora con aquesha visibilidá mierdosa y fue prusdente y buen compañero y nos fue guiando en la asversidá.
Aquí se ve la cantidá de nieve que caía aunque íbamo resguardaos pol los árboles.
Er infienno helao sobre la tierra era aquesho. No se veía ná
Aquí en Juancar en mitá de la tempestá
Er Juancar astivó su sónar naturás, y nos fue guiando en er casmino de regreso con una fasilidá que asusta. Donde no se veía má que blanco, é veía pittas, y tós íbamos detrá como los patitos.
En un momento determinao er Daví pidió un arto en er camino polque las siete protessione que shevaba en la cara no eran sufisiente y los copos las habían atravesao y lestaban jasiendo pupitaspañola. Se tuvo que pará a arrecolocarse las protessione pa que los alfilerasos no fueran tan criminales.
Etta instranstánea la he titulao: “la soledá der líder” y restrata mú bien er momento y la situasión, ademá de shevá un guiño sinésfilo a esa obra maettra der sértimo arte en la que tó é en blanco y negro en toa la pinícula meno una cosa que é roja. Pos má quedao iguá, a ver si er Espírber lee er foro y me contrata dasyudante de fostosgrafía pa la segunda parte de eté er erstraterrestre.
No sé si er consetto de que nevaba musho ha quedao correstamente reflejao en la retósrica der relato asín que pol si acaso vamo a poné otra foto de lo musho que nevaba, pa que quede claro y diásfano.
Pros fin, despué de mushas calamidades, frios, vientos y desorientasione, conseguimo bajá las pittas de Ellmau y shegamo a la sisha del amol, que shevaba sha a la montaña der hoté. Jome suit Jome.
Y una vé arriba y en una sona controlá, sintiendo la calidés del hogá serca, nos vinimo arriba y dijimo, pos oshe, sha questamos serca, vamo a aproveshá paesquiá ettas pittas sercana y disfrutá detta nieve tan asgradable questá cashendo. Y empesamo una orgía de subida y bajada sin pará hatta Going, sisha arriba y sisha abajo. Bajamo la roja de Going como siete vese. Aquí er Jose y er Daví en tó lo arto de la montaña jasiendo er moñas en la tempestá.
En la sisha de Going tuvimo que memorisá er número de pilonas pa irlas contando ar pasá pol los laos, polque la capota de la sisha ettaba shena de nieve y no se veía ná, no sabíamo cuando shegábamo a la estasión darriba, asín que pol los laos de la capota íbamo contando pilona, como er que cuenta oveja, y desa forsma tan arstuta nos evitamo la incomodidá y la verguensa de quedalnos sentáos en la sisha ar shegá arriba, dá la curva sin enterarno y astivá er sensó anticadávere con las patitas. Eso hubiera sio un gorpe mú bajo pa nuettra disnidá y amó próspio desquiatrises.
Despué dun rato de musho subí y bajá pa los dos laos de la montaña próspiamente disha, empesamo a sentí una pesadé en la ropa, un frio en er cuerpo, un malestá generalisado, una gana de morilno a shorros, que dijimo, sho creo que sha va siendo hora de que argún jute nos acoja. Y en efesto, na má desirlo, en esa mimma subida empesamo a escushá susurro en er viento que desían nuettros nombres con asento alemán, pero sentendían. Antoniouuuu, Gosemanueeeeeee, Davissssss, Guarcarrrrrlosssss. Claro, no podíamo resistinnos a esos cantos de sirena con regutto a vaisbier, asín que empesamo a bajá la pitta pal hoté y er origen de las voses aparesió ante nuettros ojos. Un jute maravishoso con una minicapisha de usá y tirá.
Ette jute tiene er honó de sé er primé sitio en la montaña que la mega visita en su sha dislatada vida desquiatríz, en er que no había que bajá escalera pa ír ar servisio. E increible pero ettos sitios ersisten, no é un mito.
Lo que nostaba bien claro é pa dónde había que í pa encontrá los servisios prospiamente dishos. Er carté no era ná esplircativo.
Y despué der correspondiente servesón y duna surrealista conversasión con la camarera pa pedí de comé unas sarshishas toas distintas y que nos trasjeran tré shorisos iguale, frio y disecao, dijimo, sha por hoy hemo cumplío nuestro debé desquiatrises asnegados y no hay que forsá la másquina, vámono ar espá que hay que relajá la musculastura, Y ashín que nos fuimo.
Terminamo las crósnica der día contando que esa noshe, despué de la sena, Carol organisó la foto de grupo en er bá der hoté, y tós nos bajamo con la camiseta der evento pa posá guapos y losanos.
Y hatta aquí por hoy. Mañana terminamos sha con etta pesadisha y os libraréi de mí pa siempre. Luego me esharéis de meno, sha verá blancafló.
Guenas noshes!!
