Despué der primé dia desquí, sha teníamo má o meno controlao los veriscuetos der hoté, que era un lasberinto má complicao que la bibliotecal monasterio der nombre de la rosa. Había dó edifisio y un túsne pol debajo de la cashe pa pasá duno a otro. Unos assensores shevaban ar espá y otros nó. Er guardasquí ettaba en la menos uno pero solo se bajaba por un assensó. Había habitasione en la planta segunda en er mimmo difisio que nostaban conestás con otras habitasione de la mimma planta segunda, pol lo que si te metía en un assensó equivocao, te ponía a dá vuertas pol un pasisho mú largo con varias rasmificasione buscando tu habitasión comuntonto y sin esperansa jumana dencontrarla polque nostaba ashín. Asín que te tenía que bajá en un assensó, salí, entrá en otro assensó, subí ar mimmo piso, y ashí sha sí que ettaba la tuya. Er que diseñó aquesha cosa debía de tené una peaso de persersión espasiá que tenía que sé primoermano de eté er estraterrestre. Y era un edifisio modelo, que no tenían nesesidá de jasé esas tonterídas española. Aquesho era un masmotreto mú bonito poldentro, pero por fuera má feo cuncuerno.
Las habitasione, mú bien. Solo una pega. No les perdonaré jamá la impresión que me dió la prismera vé que entré en la habitasión y mencontré a mi compañero ashín ejersiendo su mayestástica potestá. E desí, en er trono. Que no é que sho abriera la puerta der cubísculo ni ná, que é que er cuarto de baño era de cristá, trasparente. Como te lo digo Jasinta, muerta me quedé toita toa. Y er cushuflán der vate también de cristá. Eso si, les daría sha la risa tonta cuando lo hisieron y la mitá dabajo era de cristá traslúsido. Pero se veía la cabesa asomá pol arriba. Perfestamente. Y sha pos te imagina er pasté, qué va jasé una persona jumana ashí sentao, no vastá resando. Que mu bien y mu bonito pa parejas y pa enamoráo o como desía la cansión de Alameda, pa cuando hay presagio dentrega, pero pa dó mushasho que no se conosen de ná y que van a compartí habitasión en un viaje desqui, mu aprospiao no ví sho tanto cristalamen y tanta transparensia. Er cuarto de baño pedroshe, le shamábamo.
Tu imagísnate que entra en labitasión y hay una paré de cristá, con una puerta de cristá trasparente, que la abre y dentro hay etto:
La foto la he cogío dinterné y é más trasparente de lo que de verdá era polque en nuetra habitasión la parte de la mitá dabajo de la puerta der váte era traslúscida, menos má.
Te digo sho Jaimita que ni pa parejas é aquesho. Que esa visión duna cabesa lesvitando sobre la tasa dun váter le quita er romantisismo y las sombras de grays a cuarquiera.
Y luego ettá la otra parte de lahistoria, cuando te toca a ti. Tu va y te sienta en er trono, que a vese hay que sentarse, tu sabe. Y claro, se ve tó. A ve, tó tó, no, pero se te ve la cabesa. Se sabe que estás ahí. Se sabe lo questás hasiendo. Y a vé cómo aprieta tú sin que se te note en la cara. Sho lo intentaba sonriendo pero no lo conseguía.
Un par de vese me pasó de está ashín en plena batasha, y entrá mi compañero en la habitasión. La puerta de la habitasión ettaba jutto defrente der váter, asín que cuerpo a tierra. Sha ve tú que tontería, pero la verguensa é asín, que no teníamo confiansa pa compartí esas intimidade. Sha en una de las ocasione conseguí no tirarme ar suelo cuando entró, y conseguí girá la cabesa, sonreí y saludá con una manita. Debía paresé er muñeco diasbólico.
Dejando los temas escastolósgicos, luego tenemo er lio de las senas. La primera noshe ettábamos ashín tós esperando en er bá der hoté, sin sabé si podíamo í sha o no a comé, polque claro, entre los horarios españole y los ustriacos, ettábamos más liaos que la pataunromano. Er caso é que desidimo metelno en er comedó y una mushasha mú simpática que debía etá jasiendo un cursisho aselerao despañó nos llevó a un salón y con una amplia sonrisa me dijo “Todo esto es para ti”. Coño, me voy a tené calquilá un camionaco pa shevármelo to paspaña, me dije, pero luego caí que lo que que quería desí la mushasha é que aqué salon era pa nosotros, y había confundío er todo con la parte. Qué shiquisha, ar menos lo intentaba.
Tós los camareros y camareras intentaban shapurreá argo despañol, lo cuá era dagradesé por la buena intensión y pol las risas que nos eshábamos con las giliposheses que desían, los pobres míos.
La cosa de sená era esstraña. Las ensalás y los entrantes eran un bufé, y luego las sopas y los segundos eran de la carta. O sea, me siento, no me siento, si me levanto al bufé vienen a tomá nota der segundo, si me siento no vienen y no como... vamo, lo de siempre en etto casos. Poco a poco fuimo cogiendo er tranquisho y la cadensia y shegamo a dominá la tésnica y a pronosticá asertadamente las aparisione de los camareros.
La noshe de la primera sena se preparó er drama, y nosotro sin saberlo. Tu te lees la carta, y pone, literasmente: ensalada y entrantes, bufé. Sopa y segundo plato, carta. Postre a la carta, y después, queso.
Después.
Consepto clave, no polque pusiera estristamente “después” escrito en la carta, sino polque si tú veías la carta, er queso ettaba inesquísvocamente detrá der postre. De eso nos dimo cuenta despué, claro, despué de musho analisá, pero la prismera noshe, a la panda despañoles que shegó como una horda de ñus famélicos lo mimmo le dió er orden de los fastores y arrambló con toas las variedades de queso, y dos hojitas de leshuga pa adorná. Aquel atresvimiento nos costaría caro.
Segunda noshe, segunda sena, despué der primé dia desquí. Má jambre que carpanta, y tós por ashín por er bá rondando como los sombis der guarkin dead, hasta quel primer sombi rombió er hielo y tós le seguimos salivando. Sin shegá a la mesa siguiera, Marta agarró un plato se fue hasia la sona de los quesos, questaba presintada con una sinta como la de las colas de los museos. Sha nos ettaban esperando.
De pronto de la cosina salió la jefa susprema der hoter, la frau brujen, y vorvimos a sentí por tersera vé en dó día esa shamarada, esa jumareda, ese grito de cuerpo a tierra si quiere viví.. y como siempre la mega sacó a tiempo su cásmara y plasmó er horró en tó su esplendó:
La frau blujen se puso a gritá comuna posea a la Marta, que retrosedía ar mimmo tiempo que se le shamuscaban las puntas. A la frau, entre otras maledisensias y gritos diabóslicos, se le podían entendé órdenes presisas en alemán a sus esbirros.
„Die Spanier essen den Käse vor der Zeit. Töte sie wenn nötig. Töte sie!!“
Que no sabíamo lo que significaba pero que daba musho miedo. Asín que nadie más satrevió a asercarse a los quesos.
Eso si, sus podé imaginá er cashondeito con er queso er retto de la sena. Y cuando acabamo de sená, rebosantes de tó y a punto de vomitá, nos fuimos a por un plataco de quesos na má que pa dá polculo, y la frau blujen sha no pudo quejarse ni sacá sus superpodere flamísgeros polque ettábamos comiendo er queso ar finá, despué der postre, como ettaba mandao en las leshes ustriacas.
Aquí con los compañeros de mesa:
De pronto en mitá de la sena aparesión Jamelín de los bosques tiroleses, amenisando la sena con un par de beshas melodías montañesas a las que nadie hiso ni puto caso y er mushasho se fue con sus musculosas pantorrishas a jodé a otra parte. La vengansa sería terrible.
Cuando terminamos la sena, nos trasladamos tól grupo al bar der hotél, y resurta que er Jamelín ettaba ashín con su organisho dando un consierto de pashanga ustriaca, y los españoles ráspidamente nos integramos en las costumbre locales.
Er caso é que er tio ette der organisho y los pantalone de colegiá tenía ashín en er suelo una cosa comuna trompa grande, y ettábamos tós con el cashondeo de eso que será, que ji ji, que ja ja, y se ve que er pavo se quedó con la copla de que nos ettábamos cashondeando una poquita, y sacó la trompa. Y empesó a tirá, y a tirá, y aquesho venga a cresé, y a cresé:
Y de pronto, su vengansa contra la mega se materialisó y la pishó de sorpresa como a una guiri pardisha:
Aquesha cosa sobrevoló la cabesa de la mega y se posó en su carva como si la conosiera de argo, y la mega se quedó paralisá, meaita de la risa pero sin sabé qué hasé con aquesha peaso de trompa en la cabesa y escushando como toas sus amigas se desposhaban vivas. Puede escusharse clasramente en er video, se nota hatta er escurrirse de las lagrimita de risa pol las mejishas de la Marta, que na má terminá er nusmerito tuvo que subilse a la habitasión a cambiarse toa polque la tena lady no había aguantao er sunami.
En un momento der video se ve como er Ramón jase una foto de la carva de la mega. Hela aquí, que la he conseguío en primisia. Grasias Ramon!! Y grasia a etta foto también he podío identificá a la traidora que grabó er video. Sofiaaaaaaa!!!!
La mega aguantó con estioisismo er cashondeito, que duró un guen rato en diresto y varios días en las redes sosiales, y tras unos servesones, a dormir y a descansá.
Er segundo día desquí amanesió estupendo de la muette, con un solaso tremendo que nos levantó er ásnimo y er corasón:
Y mañana sus lo cuento, porque mira qué horas son, y eso que dije que íbamo a abreviá. Esto empeora con la edá, Virtude, así no hay forma de terminá.
En fin, guenas noshesss, mañana seguimos!