Fin de Año 2017. Chatel, festejos y esquí
Pasada Quedada Nevasport PortAiné 2017. Sorteo. Jugoso manojo de sobres de Alpeski. Como siempre, no me toca nada. Ya he contado que la suerte que me tocaba en esta vida la he usado toda toda. Así que son afortunados varios compañeros del esquí y, sin embargo, amigos. Entrre ellos, ella. Maribel, la “Abuela Carver”, con un FF para dos personas, seis días en Chatel. Y ella, pasando por un tremendo episodio de ciática, pero esperando recuperase, hay mucho hasta la próxima temporada. Buena suerte (Para ellos, claro)
Noviembre, 2017. Suena el teléfono. El Abuelo Carver me confirma que la Abuela sigue con la pierna atascada, sin previsión de mejoras en corto o medio plazo. Y que si quiero aprovechar su premio del sorteo. Me lo pienso, consulto con MSE, explorando posibilidades de aprovechamiento conjunto e incluso familiar, y al fin aceptamos tan generosa invitación. Mala suerte. (Para ellos, claro)
Y contactamos con el Sr. Campos, de Alpeski, para ver las posibilidades de alojamiento en Chatel. Primer inconveniente, la única posibilidad que tenemos es la semana entre el 30 de diciembre el 6 de enero. Temporada mas que alta y espacio escaso. Al fin, y dado que el tema familiar se diluye como azucarillo en café con leche, decidimos darnos el homenaje y alojarnos en lo mas mejor de lo mas mejor, y aconsejados (bien) por el citado Campos, elegimos apartamento en la residencia Odalys Prestige Fermes de Chatel. Un acierto y un lujo. En pleno centro del pueblo, con todo mas que a mano, incluyendo el telecabina que da acceso a pistas, exactamente cruzando la calle desde la salida del guardaesquís. Apartamentos nuevos, bien acondicionados y aderezados, muy por encima del “zulo” estandar de Alpes franceses, y que cada vez me parece mas que tienden a hacer desaparecer. Y piscina climatizada, sauna, garaje incluido, conexión Internet de las que funcionan y, salvo en el momento de avalancha de entrada el sábado, que desbordó un tanto al personal, estupendísima atención. Hago hincapié en ello porque me parece un alojamiento muy recomendable en este pueblo. Eso si, dado lo que ofrece, no es precisamente de los baratos.
Nos echamos a la carretera el viernes 30 de diciembre, después de dejar todo bien atado con la familia, y pasito a pasito, llegamos a dormir a Clermont-Ferrand. Típica zona “hotelier” en los alrededores de las ciudades grandes, con un hotel de cada marca, a elegir el que mas acomode por precio y calidad. En esta ocasión elegimos un Campanile, que suelen tener ofertas de fin de semana. Por la mañanita, continuación del viaje hasta destino, un poco de atasco en zonas selectas y todo el dia lloviendo como si el agua fuera eterna.
Lloviendo y lloviendo, la constante del día
Primero miedos. La subida hasta Chatel, mas de lo mismo.
Mas y mas agua
Búsqueda de la Oficina de Chatel-Residences para la recogida de los FF, perfecta la gestión de Alpeski, teníamos la persona indicada y el sobre adecuadamente relleno nada mas entrar.
Los paraguas, constante de esta semana
Y a la caza del apartamento, en apretada lucha con hordas de ingleses y belgas, salpicado aquí y allá con holandeses variopintos. Se completa la misión con éxito, equipajes, descanso, mañana a esquiar.
Amanece un glorioso último día de año.
Amanece. Pinta bien. Podéis ver la ubicación de la cabina, en la misma puerta. El edificio de la izquierda.
Sol. No mucho frío, sin colas ni exceso de gente. La ventaja de que esto sea tan grande.
La máxima densidad humana encontrada
Al final, nunca se llena. No se puede contar mucho del día. Bueno. Buenísimo.
Momentos diversos del día.
Y mas
Mas
En común, todos ellos, tremendo disfrute.
La guinda la pone la pista de vuelta. Hasta casi la puerta del apartamento. El casi lo pone una escalera, de estas molestas, para la salida de la cabina, pero resulta que también hay ascensor. Botoncito, cruzar calle, cervecita y jamón.
Momento apreski.
Luego, cenita en la mejor compañía que puedo tener, la de MSE y, a la hora adecuada, uvas, cava, brindis y besos.
Hasta fuegos y todo.
Estupendo Fin de Año, gracias a los que lo han hecho posible.
Lunes. Año nuevo, vida de la buena. O algo así rezaba el dicho. Esta noche ha cido una simpática nevadita, que nos deja este amanecer.
Un tanto gris a primera hora.
Aunque va mejorando la cosa, parece que repetiremos meteo.
Hay ganas, nos echamos al monte como bandoleros, a disfrutar la parte alta de Chatel y su conexión con la zona Suiza, concretamente Morgins.
Chatel.
Preciosas pistas entre árboles, muchas perchas (absténgase quien las odie, en todo el día, solo subimos a una silla y fue para volver a casa) y nieve espectacular con gente en pistas tendiendo a cero. Estupenda la zona de Chalet Neuf, Le Corbeau y Le Lac. A nivel turista, advierto. Para los lanzados, Linga y alrededores, en la otra zona.
Baja densidad humana. Esperábamos mas, dadas la fechas, pero deben estar todos en el Muro Suizo.
Llegando a Morgins. El monte del otro lado. Nadie en la frontera. Estos suizos ya no son lo que eran, desde lo de Schengen.
Al final, se fue tapando la cosa un poquito.Al fondo, “Los Dientes”.
Después los correspondientes rituales posteriores al esquí. Os ahorro imágenes en bien de vuestro estado de tranquilidad.
Martes. De nuevo día parecido.
Empezamos bien. Ganas y sonrisas.
Nos lanzamos a la excursión y recorremos Chatel en dirección Avoriaz.
Primeras bajadas. Abajo, Chatel y al fondo, La Chapelle y Abondance. Todo el valle de Abondance a la vista.
La concurrencia, en el tono de los últimos días.
Subiendo a Tète du Linga, punto mas alto en Chatel.
Silla entre Les Lindarets y Les Brochaux, en Avoriaz, para acceder a la que sube a la punta de Mossetes.
Subiendo a Mossetes.
Arriba, a punto de emprender la marcha hacia la zona suiza.
Luego hacia Suiza, de nuevo pero por el otro extremo, Crossets, Champery. Champoussin, Morgins, y llegada a Chatel a través de la zona que ayer exploramos. Las fotos, pues como que nos quedamos un poco justos de tiempo y no me atreví a ir haciendo paradas. Chocolat-chantilly en la terraza de SuperChatel, y para abajo en la que no sospechamos que será la última bajadita de la vacaciones.
Tras el momento “llegada a casa”, nos lanzamos a la calle un rato, pasein por el pueblo, cata de diversos zumos de cebada y carácter de los hosteleros, y finalmente, cenita el Nazca, lugar que nos encantó y repetiremos. Unas imágenes en el mas puro estilo PabloLB.
Enchilada poulet
Ribs
Miercoles. Vuelve a llover. Como si fuera el último día que puede hacerlo. Toda el agua del cielo camino del suelo. Y viento, mucho viento, tremendo viento. Resulta sobrecogedor ver el mapa interactivo en tiempo real de un dominio que supera los 600 km. con todo los remontes y pistas cerrados. Alguna percha suelta, en las zonas mas bajas, por el aquel de “nosotros no cerramos”. Momento de aprovechar las instalaciones de la Residence, donde se produce el quizá mas destacable momento del día.
Unas aguas, pero no como en la calle.
Y fuera cayendo el diluvio.
Turismo de cercanía, tampoco está la cosa para explorar caminando en coche, así que nos decidimos por conocer tiendas y bares bajo el paraguas.el segundo momento mas destacable, cena en Le Refuge. Espectaculares hamburguesas, nada que ver con comida rápida.
Le Refuge
Jueves. Sigue lloviendo. La violencia del viento ha disminuido, y hay abierta alguna zona.
Desapacible, por decir algo.
Las conexiones, así como gran parte de pistas, siguen cerradas, por falta de seguridad y adecuación. Subimos con la cabina, nos tomamos un chocolate-chantilly en la terraza y volvemos a bajar con la cabina.
Esto encontramos arriba.
Hay valientes, debe ser que ya está el curso pagado y no hay reembolso.
Pocos valientes, pero haberlos haylos, como las meigas.
Va a ser que no.
Vamos, que no.
Es que la cosa no está para disfrutar y nosotros hemos venido de vacaciones y si se puede, a esquiar un ratito. Pero hoy no se puede, mas bien no se quiere, en estas condiciones. Mañana veremos, pero las previsiones no son halagüeñas. Así que nos volvemos a dar a lo de buscar regalos para quien se lo haya merecido.
El mejor reflejo gráfico de la jornada. Esto es lo que hay.
Lo mejor de la jornada, celebrar el cumpleaños de MSE, que ella si que se lo merece. Volvemos al Nazca, a disfrutar de la “Cuisine du Monde” de Priscilla. Por cambiar, que siempre acabamos comiendo las fondues, tartiflettes y raclettes. Y de eso hay en todos lados. Me vuelvo a poner en modo PabloLB. Cenita de cumpleaños.
Tapas Combo semidevorado.
Burger Bouef.
Lomo Saltado. Como curiosidad, nunca había visto la cerveza Goose Island fuera de Chicago.
Tapas Gourmandes mordidas. Es que nunca me acuerdo de las fotos a tiempo. Nunca me contratarán para una guía gastronómica fotográfica.
Viernes. Se acaba la historia. Ha dejado de llover por fin, pero la nieve está penosamente penosa, el rayo de sol de esta mañana se esconde, tímido, tras una nueva nube que no presagia nada bueno, las conexiones siguen cerradas, las pistas y laderas, si asegurar tras las cantidades de agua. Que le vamos a hacer. Tomamos la decisión de ir haciendo maletas y emprender vuelta a casa, dándonos algo mas de tiempo para descansar de los días de descanso.
Esto es lo que dejamos.
Hemos disfrutado mucho de todo lo que hemos hecho, ratos de calle y ratos de nieve. La ventaja de estar en Chatel es la de tener un pueblo de verdad a tu alrededor, con otra vida y aspecto que la de otras zonas de este enorme domino, por otra parte sobradamente conocidas. Y que te da acceso directo a las zonas menos conocidas y concurridas de Portes du Soleil, Torgon, Morgins, Champoussin, asi como la zona de Abondance, que pese a todo, sigue quedándome pendiente. Serán las conexiones skibus. Digo yo. Quedan mas lejos Morzine o Les Gets, pero también se puede llegar a ellas con un poquito de ganas y conociendo la estación. Y son las que mas hemos vivido en pasadas estancias, así que no importó dejarlas de lado en esta ocasión. Y descubrimos nuevas.
No incido mas en Portes du Soleil porque es sobradamente conocida, mencionada, alabada y denostada en multitud de reportajes y entradas del foro. Si quiero, sin embargo ahondar algo en las singularidades de Chatel, que por si misma, sin contar con el resto, es una gran estación, tanto en tamaño como en variedad y singularidad. Desde las zonas de Pré la Joux o Linga, con algunas pistas espectaculares hasta las zonas arboladas en torno a Le Lac o la conexión con Morgins, las bajadas desde la cota máxima o el rincón de Petit Chatel y Torgons, puede dar por si sola para una semana sin cansar. Una zona de debutantes muy cómoda en el Plató al que se accede por la cabina Superchatel, y donde pueden acceder también peatones hace que sea un estupendo punto familiar, donde cada uno puede moverse según su nivel y luego reunirse todos, incluso si alguna unidad del grupo no esquía.
Y el pueblo, es muy agradable, pueblo digamos “natural”, aunque con una multitud de chalets desperdigados por las laderas, lo que hace que haya alojamientos un tanto alejados del núcleo y de los remontes principales. A la hora de la verdad, existe un sistema de transporte público y gratuito, con muchas frecuencias, que acerca al visitante esquiador desde cualquier punto a los remontes principales. Y parece que funciona muy bien. Yo no le he probado (este viaje, en otros era obligatorio para conectar con Avoriaz a través de Linga o Pré la Joux, ahora esto ya se hace con remontes y pistas)
Mencionar un par de comederos de los que salimos muy satisfechos. Le Refuge, maravillosas y originales hamburguesas, y sobre todo, el Nazca Bar&Food, con Priscilla a la cabeza., enamorada de Perú y de la comida de todo el mundo, que cocina y sirve en su local, en el que se combinan restaurante, bar-pub, música en directo o DJ´s y animación hasta altas horas de la noche (para esta parte del mundo). Nos gustó mucho, por eso celebramos el cumple de MSE en este lugar. Y amplia variedad de cervezas, alguna ya mencionada anteriormente. Muy recomendable.
Y poco mas que contar, agradecer de verdad a quienes han hecho posible este viaje su generosidad, que espero les sea correspondida de una u otra manera en este o sucesivos ciclos vitales.
Y, como siempre, quedo a su disposición para lo que pueda ser pertinente completar, aclarar, discutir, criticar, alabar, discernir o simplemente comentar.
SL2, ratón.