Todos queremos llegar a nuestra estación de esquí y que esté en las mejores condiciones, pero la mayoría de veces ni nos planteamos todo lo que se ha hecho para que esté en perfecto estado, es más, la mayoría de veces lo único que hacemos es quejarnos sin pensar porqué está mal o no está a nuestro gusto. Si os parece bien, empezaré este reportaje por pisado.
En la estación en la que me he basado, que es Javalambre, hay un equipo de 7 personas, que se turnan en grupos de 3 personas.
De izquierda a derecha: Ivan (remontero), Enrique ( pisado y responsable de remontes/mantenimiento), Francisco (mantenimiento y remontero), Juan Pedro (remontero), Jesus (remontero) y Enrique (alquiler y pisado ), el equipo de pisado se cerraría con Jose Vicente, Diego, Javier, Carlos y Jose Luis Novella que es el responsable.
Me sabe mal porque no tengo fotos de todos ellos, pero la mayoría van saliendo a lo largo del reportaje y espero que no se me mosquee ninguno.
Esta parte del reportaje hay que agradecérsela a Jose Luis Novella, responsable de pisado y fabricación de nieve. De la mano de este gran profesional llegué a la conclusión de que la labor de pisado en Javalambre es una mezcla de maestría y artesanía. Para este trabajo usan 3 máquinas pisapistas, dos con “winch” y una sin él.
Evidentemente, en otras estaciones pueden diferir los trabajos que se realizan o la metodologia con los que lo llevan a cabo. En Javalambre, con condiciones normales, esta labor se lleva a cabo tras el cierre. Con nieve buena y en cantidad se devuelve a la parte alta de las pistas, se pisa y faena acabada.
Pero como en esta estación tenemos unas condiciones meteorológicas un poco adversas (días muy cálidos, nieve húmeda, etc.) los días no tan óptimos la metodología cambia un poco, se complica e incluso aumentan los trabajos. Con nieve mala o tiempo raro, la tarea queda supeditada a las previsiones. Los días de nieve muy transformada y temperaturas altas, lo importante es pisar cuanto antes. Los grupos de trabajo están preparados para, en el momento del cierre, arrancar máquinas y pisar lo antes posible, así le dan tiempo a la nieve para que se vuelva a endurecer con su propio frío. Cuando la nieve está muy húmeda y con previsión de bajas temperaturas, lo que hacen es retrasar este trabajo hasta el momento en el que cae el termómetro, de esta forma evitan que la nieve ya pisada y húmeda se convierta en una placa de hielo en el momento en el que la temperatura baje de cero.
Y tras esta introducción sobre el pisado, voy a contaros lo mejor que pueda cómo dejan las pistas en las mejores condiciones posibles.
Cuando pedí permiso y me permitieron seguir a los trabajadores para ver su trabajo ya era mediados de marzo, con condiciones de nieve muy transformada y temperaturas muy altas. En realidad es una suerte, pues pude verlos en acción cuando tienen el mayor volumen de trabajo y encima la situación es más delicada.
Habitualmente, una vez se cierra la estación, las tres máquinas se distribuyen por las pistas. La que no tiene “winch” se queda trabajando las zonas planas. El día que acompañe a Jose Luis Novella comenzó la tarea de pisado, más o menos, a las 5 de la tarde y hasta las 12 de la noche no aparcó la máquina para irse a dormir. Me pareció sorprendente la cantidad de horas que se necesitan para pisar la estación siendo, además, un día laboral en el que la nieve estaba menos torturada que durante los fines de semana.
Por poner un ejemplo de cómo aumenta la complejidad del trabajo en días de nieve mala. Esta es la pista del ventisquero en condiciones normales:
La máquina no precisa del uso del winch. Pero con la nieve transformada y húmeda, la pisapistas se hunde en la nieve, patina e incluso puede llegar a la cota de la tierra y ensuciar la nieve. Sobre los marrones y las calvas haré una aclaración al final de esta parte.
Con la nieve en estas condiciones, al igual que cuando se fabrica en gran cantidad con los cañones y se crean montones, el uso del "cazo" es vital para poder distribuir la nieve, volver a subir la que los esquiadores hemos bajado y cubrir la sucia lo mejor posible.
Tras repartir la nieve y tener la pista lo más equilibrada posible, empiezan a pisar con la máquina. Si no está muy estropeada, pueden llevar a cabo los dos trabajos a la vez, equilibrando la nieve con movimientos del "cazo" y pisando.
Cuando empiezan a trasladar grandes cantidades de nieve de un lugar a otro, o el simple hecho de pisar pistas muy inclinadas en las pasadas ascendentes, es casi obligatorio el uso del “winch”. Lo he mencionado un par de veces y ahora toca explicar qué es y cómo funciona.
El winch es similar a un cabrestante, un brazo giratorio acoplado a la parte posterior de la máquina, con una bobina de casi un kilómetro de cable de acero. Este cable se engancha a puntos fijos que hay instalados en los bordes de la pista.
El cable, en lugar de estirar y desplazar la máquina como haría el cabrestante de un todo terreno, lo que hace es mantener la tensión que el conductor le ha dado (esto puede ser entre 1 y 4 toneladas). De esta forma, cuando la máquina está subiendo una pista con el "cazo" lleno de nieve o pisando, lo que se consigue es que el winch mantenga la tensión y la máquina haga un esfuerzo menor, con las consiguientes ventajas de no quedarse clavada en la pista, ni patinando, lo cual estropearía la nieve y las orugas podrían llegar a tocar el suelo sacando piedras y barro.
En Javalambre han resuelto el problema de las pistas en curva, o en las que desde el punto de anclaje del winch no hay visión directa de toda la pista, con un sistema bastante ingenioso de postes de gran tamaño y resistencia.
Cuando la máquina está trabajando con el cable y llega al extremo de una pista con curva, el cable en lugar de apoyarse en arboles o tocar los taludes de la pista, lo que hace es quedarse apoyado en estos postes, con lo cual, la máquina puede trabajar la pista entera desde un único punto de anclaje, sin la consiguiente perdida de tiempo de enganchar y desenganchar varias veces en cada pista. En algunos postes, durante las horas del trabajo de la maquinaria hay que retirar las protecciones y colchonetas para evitar que el cable las dañe.
Y antes de acabar con esta sección, llega el momento de aclarar el tema de los marrones y las calvas. Una calva es un punto que el espesor de nieve a llegado a su mínimo y con el paso de los esquiadores puede llegar a salir la capa de tierra, por otro lado, que haya una zona con nieve sucia, lo que vienen siendo un marrón, no implica que falte nieve, en muchas ocasiones, el propio cable, días de viento o las maquinas trabajando días de mala nieve, pueden ensuciar la nieve con tierra, lo que ocasiona la mancha, que es casi imposible de eliminar, ya que, al mover la nieve y trabajarla, la mancha acaba ampliándose, la única solución es aportar una capa nueva de nieve que oculte la sucia.
Para finalizar con pisado, me gustaría hablaros de la seguridad. Como veréis a lo largo de esta serie de reportajes, la mayoría de trabajos de la estación están ligados directamente con la seguridad. Como el trabajo de pisado usando el “winch” es uno de los más peligrosos para traveseros o montañeros, se hace un esfuerzo mayor para poder prevenir y advertir a estos deportistas y evitar accidentes: carteles y señales luminosas como esta…
… indican a la gente en qué pista hay una máquina trabajando y dónde está anclado el cable. Lo más lógico en estos casos es evitar estas pistas, el cable puede dar un latigazo inesperado o, en casos muy extremos, partirse, lo que implicaría un peligro mortal para cualquier persona que esté fuera de la seguridad de la cabina.
Con esta foto de los próximos protagonistas, empezare con la siguiente parte del reportaje.
Tras el amanecer, y antes de que lleguemos los esquiadores ansiosos de nieve, es cuando empiezan a trabajar otros dos sectores de la estación, los pisters y remonteros. Como son dos labores que se llevan a cabo simultáneamente empezaré por los remonteros. Si alguna vez os habéis quedado hasta el cierre de la estación, habréis visto que los remonteros levantan el culo de las sillas, o en el caso del desembragable, las guardan todas juntas. Este último telesilla es el que más trabajo da, y es en el que me centraré para hablar de las labores de los remonteros antes de la apertura de la estación.
Como habréis podido ver en la foto, las sillas se quedan en una vida independiente y debajo de la estación motriz. Durante los periodos de nevadas o de fabricación con cañones, se guardan todas para que queden lo más limpias posible y para que a la llegada de los clientes no estén llenas de nieve o hielo, aunque el viento es un caprichoso y siempre acaba más de una llena de nieve. Aunque estos días de nieve, fabricación o ventisca, a los que mas les afecta suele ser a los encargados de la cinta, ya que, el trabajo de pala les aumenta exponencialmente.
En el telesilla Camarena, cuando llega la recta final de la temporada sólo se guardan 7 sillas, y se hace por seguridad: el punto de anclaje del winch para la pista del muro está al lado de la estación motriz de Lapiaz, con lo cual, cuando la pisapistas llega abajo del todo, el cable va muy alto y habría posibilidad de que tocara las sillas y se quedara enganchado.
Aunque este telesilla sea de última generación y tenga el proceso de guardar y sacar sillas totalmente automatizado, sigue siendo necesario el trabajo de dos personas para llevar las sillas desde el garaje a la línea. Tengo que agradecer la colaboración de los remonteros Jose Vicente y Felipe en esta parte del reportaje y a Enrique Gómez el responsable de los remontes, por responder a todas mis preguntas y curiosidades.
Tras sacar las sillas que hay aparcadas debajo de la estación motriz, se espera a que éstas vuelvan a bajar y entren en la estación por el extremo opuesto. En este momento es cuando se para el motor, se vuelve arrancar "marcha atrás" y empieza el trabajo manual.
Dos trabajadores llevan las sillas del garaje hasta la estación motriz para que ésta automáticamente las meta en la línea con la distancia adecuada, tras lo cual se vuelve a parar la instalación y se arranca en el sentido normal de funcionamiento, quedando lista para que suba el remontero que vigila la estación superior y el pister para revisar las pistas y balizar.
Mientras los dos trabajadores llegan arriban, al remontero de abajo le queda el trabajo más manual y de fuerza bruta, hasta la apertura, una de sus labores es preparar la traza. Equipado de una pala y carretilla, traslada la nieve acopiada al lado de los tornos y cubre toda la zona de la alfombra de la zona de embarque. No es una labor que solo se realice en este telesilla como veréis.
Una vez llegan arriba el pister y remontero, este último empieza su trabajo preparando la traza de llegada al igual que su compañero de la estación motriz. El pister hará unas bajadas de revisión trabajando por y para nuestra seguridad.
Este apartado se lo tenemos que agradecer a Marcos, que forma parte del equipo de pisters de Javalambre. Aquí lo vemos con todo su equipamiento y sus principales herramientas, en futuros reportajes veremos todo lo que lleva en la mochila para realizar las labores de primeros auxilios en pista.
Antes de la apertura, su trabajo tiene tres fases, y todas son para que los esquiadores podamos practicar nuestro deporte favorito de la forma más segura posible. En el momento que llega a la parte superior de las pistas emprende su tarea a contrarreloj, baja las pistas revisando hasta el ultimo detalle, fijándose en el estado de la nieve, si hay presencia de baches, escalones, zonas a marcar por la presencia de hielo... simultáneamente zigzaguea por la pista de extremo a extremo para recolocar todas las balizas que se retiraron para facilitar el trabajo de pisado.
Además de colocar balizas, también tiene que marcar curvas peligrosas, desvíos, zonas de mayor pendiente... todo aquello que pueda implicar algún peligro para el esquiador.
Tras colocar todas estas señales y carteles que podríamos considerar sistemas de seguridad preventivos, el pister empieza a revisar y recolocar los sistemas de seguridad más activos. En este caso pude ver y documentar la tediosa labor que es montar una red de seguridad en una curva, aquí os dejo una pequeña secuencia de fotos en las que se aprecia el proceso:
Y cuando por fin llega el pister a la base de la estación de esquí y da el visto bueno, los esquiadores podemos empezar a disfrutar de las pistas. Espero, ahora se sepa el trabajo que llevan y todo lo que implica prepararlas para nuestro disfrute.
Muchas gracias a todos aquellos que habéis leído el reportaje y espero que os haya gustado. En futuras entregas espero poder mostrar el resto de los procesos y tareas que se llevan a cabo en Javalambre.
Tengo que dar las gracias a Javalambre, Nieve de Teruel y ARAMON, por permitirme ver la estación que tanto quiero desde otro punto de vista y poder llevar a cabo esta serie de reportajes.
Y agradecer la colaboración de la dirección de Javalambre, la de todos sus trabajadores por haberse prestado sin excepción alguna y a GEOVENTUR por su asesoramiento técnico.