De hecho, si en el conjunto de estaciones de Estados Unidos las visitas se han reducido un 5,8%, en la región del Pacific West, donde están cinco estaciones, la cifra también ha bajado un 5,8% respecto al promedio de los últimos 10 años, lo que refuerza aún más el balance de la temporada en West Virginia.
Entre las causas para haberse mantenido, Setevens afirma que ha sido el precio del petroleo, que ha reducido los viajes a Colorado y otras grandes áreas de esquí, pudiendo atraer a un público más de proximidad. Otras de las causas, muy importante, es la cantidad de nieve natural que tienen. De hecho a las estaciones de esquí de la región del Sudeste, que comprenden las situadas en Carolina del Norte, Tennessee, West Virginia, Maryland, Virginia y partes del sur de Pennsylvania y New Jersey, le ha caído este invierno, un 31,2% mas de nieve que el del año pasado, una cifra más que espectacular.
La temporada de esquí en West Virginia comenzó el 21 de Noviembre en Snowshoe Mountain Resort, y terminó el día 4 de Abril en Timberland, una campaña que ha sido dos días mas larga que la de 2007-2008. De todas maneras las cinco estaciones experimentaron un descenso de la actividad respecto al año pasado, cuando se acercaba el final de temporada. No saben a que atribuirlo porque todavía había buenas condiciones de nieve, aunque lo más probable es que la gente prefiriera guardar el dinero ante un año incierto económicamente.
De cara a la próxima temporada Stevens afirmaba que esperan seguir llegando a los esquiadores de Virginia, Washington D.C., su área metropolitana y a los de Carolina del Norte, sus principales mercados, pero que tienen una gran esperanza en Florida, ya que para la próxima temporada una linea aérea ha apostado por hacer viajes sin escalas tres días a la semana entre Charleston, West Virginia y Orlando, Florida. Este estado ya representa el 15% de sus esquiadores.
En West Virginia hay cinco estaciones de esquí: Canaan Valley, Oglebay, Snowshoe, Timberline y Winterplace y este sector de la industria del turismo representa un impacto de unos 250 millones de dólares en las empresas y negocios relacionados con la montaña.