Tan (o más) importante que invertir en aparatos de producción de nieve, lo es también en hacerlo en sistemas para poder aprovechar mejor la que cae del cielo. Desde hace años las estaciones de esquí aplican diferentes métodos para poder empezar a esquiar sin necesidad de que tenga que caer una gran nevada. También para poder capturar lo que el viento arrastra para volver a meterlo en pista.
Boi Taüll lleva tres años trabajando en un proyecto de este tipo. Así, ha revegetado las pistas con hidrosiembra. El objetivo es crear una buena capa de hierba sobre los trazados, para que con las primeras nevadas ya se pueda esquiar sin necesidad de tener que esperar a que se acumulen grandes espesores.
Al mismo tiempo se han colocado vallas en zonas estratégicas donde se sabe que el viento arrastra la nieve. De esta manera se crean grandes acumulaciones que luego las máquinas pueden recolocar de nuevo en pista.
Este año, en una tercera fase, se está arreglando los perfiles de las pistas para tratar de nivelar surcos o grietas de una decena de pistas, según contaba la semana pasada el Diari Segre, donde se añade que además se retirarán piedras o sistemas rocosos que superen los 10 centímetros de altura.
Los trabajos para esta tercera fase tienen un presupuesto de 60.000 euros, muchísimo más barato que un solo aparato de producción de nieve, y permite ahorrar electricidad, además de reducir la dependencia de los embalses de agua propios con los que cuenta la estación de esquí de Boí Taull.
Eso si, deberá nevar para que todo esto se pueda poner en práctica. Aunque ya no se necesitará que nieve tanto, sino lo suficiente como para poder tener nieve 'guardada' en esos paravientos, y que permita extenderla sobre un manto de hierba en pistas.