Cuando lo has ganado todo en el esquí y todavía te queda mecha física por delante para muchos años, solo te queda darle un impulso a tu mente para poder afrontar una temporada más. Mikaela Shiffrin es una colección de récords. La que más victorias ha logrado en la Copa del Mundo, la de más podios, más veces ha ganado en varias disciplinas, o triunfos consecutivos por nombrar algunos. Número de medallas en mundiales o en Juegos Olímpicos completan algunas de las marcas históricas que ningún corredor o corredora ha logrado alcanzar nunca.
Así que probablemente antes de acabar la temporada se sentó con su equipo y se plantearon que nuevo reto tenían por delante para impulsar psicológicamente una nueva temporada de la World Ski Cup. Descenso. La categoría del esquí alpino. Tiene ya tres victorias logradas en 2017, 2020 y 2022 en Lake Louise, Bansko y Courchevel repectivamente, pero está muy lejos de los resultados logrados en las pruebas técnicas que domina con rotundidad.
Mikaela Shiffrin acaba de volver de un camp de entrenamiento en Noruega. Allí las condiciones son muy buenas este mes de mayo y también esta su novio Aleksander Aadmodt Kilde. Dos buenas razones para elegir el país escandinavo.
También porque tenían la oportunidad de probar junto a su nueva entrenadora, la canadiense Karin Harjo, qué tal se le daba el Descenso. Y las sensaciones han sido tan buenas como para centrar sus entrenamientos de la próxima temporada en esta disciplina. Hasta ahora era el Slalom su prioridad y ante la duda, siempre se saltaba las carreras de velocidad. Parece que esto el invierno que viene no será así.
No obstante, en una reciente entrevista a Reuters, reconoció que no cree que pueda pasar los éxitos del Slalom al Descenso, pero que siente la necesidad de explorar sus posibilidades en la categoría reina del esquí alpino.
Otro de sus objetivos es promocionar el esquí de competición en los Estados Unidos. Un pais donde el número de esquiadores crece cada año, con miles de ellos formando colas cada fin de semana en los remontes, pero que no presta atención a la Copa del Mundo. Esto a ojo s de Shiffrin resta la posibilidad de descubrir nuevos valores. Ahora, después de que la revista Time la nombrara como una de las 100 figuras más influyentes del año, quiere hacer algo por impulsar este deporte entre los suyos.