No se sabe cuando, pero en algún momento de la antigua Unión Soviética se creó una pequeña pista para esquiar en el pueblo de Novoguryevskoye, a 117 kilómetros de la ciudad de Kaliningrado, que también da nombre a este Oblast situado en un enclave de Rusia.
Era una instalación rudimentaria situada cerca de una granja, que al caer la Unión Soviética el dueño de aquellas tierras empezó a gestioanar directamente. Pero al parecer no hizo ninguna inversión. En nada. El material de alquiler era tan antiguo, que más de uno se lo llevaba como una reliquia del pasado.
Es posible que con la mejora de las comunicaciones por carretera y autopistas, los pocos ilusos que se dejaban caer por aquella pista, acabasen por elegir pasar la frontera hasta Polonia o tomar un vuelo a los Alpes.
Sea como fuere, Малых Бобров ("Pequeños Castores") como se llamaba aquella pista de esquí, acabó totalmente abandonada. Para 2012 ya no funcionaba nada. Hasta entonces había contado con un par de telesquís y esquí nocturno, algo muy habitual por aquellas latitudes donde el sol se esconde muy pronto en invierno.
Pequeños Castores cuando estaba abierta
Ahora el Ayuntamiento de Novoguryevskoye ha anunciado que un inversor ha comenzado a devolverle la vida a "Pequeños Castores". Quizás el cierre hermético de las fronteras tras la invasión rusa de Ucrania vuelva a atraer esquiadores que no quieran volar hasta las estaciones de esquí del Cáucaso o cualquiera de los países centrosiáticos a donde están yendo ahora los esquiadores rusos.
La pista que se está habilitando es realmente muy pequeña. El proyecto habla de una longitud de 210 metros y 120 metros de altura gracias a elevar a colina unos 15 a 20 metros con nuevas tierras sacadas de la construcción del lago para el agua de la nieve artificial.
En Dinamarca están las estaciones de esquí más minúsculas de Europa. Allí nieva, pero apenas tienen colinas donde poder aprovechar un desnivel decente. Hoch Hylkedal- Kolding Skiklub es una de ellas, pero tiene 300 metros. Hedeland por su parte cuenta con 500 metros. Hasta la de Coppenhill, esa pista de neveplast montada sobre una incineradora, es más grande, con 400 metros de largo.
El proyecto de Pequeños Castores contempla tambien la construcción de un hotel. No es que pretendan que nadie pase unos días esquiando allí, sino que al parecer hay una falta de alojamientos en la zona, por lo que un equipamiento así ayudará a los conductores e incluso poder revitalizar el turismo de la zona, muy frecuentada por ciclistas y aficionados al kayak.
Por eso el objetivo es abrir todo el año, y tener esta pista como un complemento a una oferta más global que incuya las clases de esquí, siempre un muy buen un negocio.
El número de esquiadores en Rusia ha crecido un 13% en lo que llevamos de temporada. Aunque algunos esquiadores del país todavía siguen acudiendo a las estaciones de los Alpes, la gran mayoría están optando por nuevos destinos en las regiones de Murmansk, Kamchatka y Yuzhno-Sakhalinsk.
En el Cáucaso, estaciones como Sochi están registrando un incremento de entre el 5 y el 15%, pero es la de Elbrus - Cheget la que está viendo un aumento más espectacular: 15 veces más. De hecho se ha aprobado un proyecto para montar tres remontes más el año que viene y construir nuevas pistas. Este invierno se ha inaugurado un gran aparcamiento para 800 vehículos, y hay presupuestado un Centro de Alto Rendimiento para deportistas de nieve, ya que las condiciones aguantan hasta bien entrado el verano gracias a que está en la montaña más alta de Europa.
Estaciones lejanas como la de Krasnaya Sopka del Territorio de Kamchatka, ha registrado incrementos del 45% mientras que la de Yuzhno-Sakhalinsk ha informado de un 32% más de visitas respecto al año anterior.