El proyecto de innivación artificial fue adjudicado en el pasado mes de mayo a la compañía Copasa. La oferta económica que presentó, de casi 4,6 millones de euros, fue la elegida por al consejo de administración de Meisa. Con aquella reunión comenzaba la cuenta atrás para puesta en marcha de unos trabajos que se consideran vitales para el futuro de la estación de montaña.
El objetivo es la instalación de una treintena de cañones para la producción de nieve artificial, y el plazo que se establecía para la conclusión de los trabajos era de seis meses, aunque el objetivo que se marcaba en aquel momento era que los nuevos equipos debían estar instalados y listos para funcionar en enero de 2018. Estos equipos se situarán a lo largo de las pistas principales del complejo invernal y en la destinada a los principiantes. Los trabajos incluyen la construcción de dos balsas de acumulación de agua, instalaciones eléctricas de media y baja tensión, canalizaciones hidráulicas y neumáticas y la instalación de los innivadores.
Todo este esfuerzo tiene como objetivo es reducir la dependencia de las precipitaciones y conseguir 120 días de nieve al año, frente a los 55 que hubo en 2016 y los 70 de 2015.
El gerente de la estación, Gerardo Samartín, está convencido de que los trabajos no afectarán a la nueva temporada.
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